[Opinión] Cuarentena e Impacto Ambiental: El vaso medio lleno

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Por: Stany Huaccha T. Asesora del Depto. Prevención de Casinos River SpA


Siempre debemos mirar el vaso medio lleno. En los tiempos actuales, en que estamos viviendo la zozobra a través de la pandemia del Covid 19 que nos afecta a nivel mundial, no sólo debemos centrarnos en lo negativo de nuestra realidad a nivel país ni quedarnos en lo difícil que es tomar una cuarentena en el hogar para evitar contagiar o ser contagiado. También tenemos que ser capaces de visualizar lo positivo que esto nos podría aportar, aunque ello resulte contradictorio.

En la actualidad una cuarentena domiciliaria no es voluntaria, considerando la existencia de tres factores viables que a cada uno de nosotros nos obligaría a tomar y respetar dicha cuarentena, desde las restrictivas por región, el despido de nuestros puestos de trabajo y el cumplir cuarentena por estar contagiado o por ser contacto estrecho de una persona positiva para Covid.

Es en este último punto donde nos empieza a afectar la psicosis colectiva y las inseguridades que tenemos como persona natural, ya que el estar en situación de cuarentena se nos restringen aún más las tareas que podemos realizar, algo tan básico como salir a comprar el pan del desayuno, o las mercaderías básicas para preparar el almuerzo o ir por algún producto específico a cualquier almacén.

Esas situaciones habituales, cotidianas, se nos hacen imposibles de realizar ya que con el solo hecho de salir de nuestro hogar ponemos en riesgo a un sinnúmero de personas que podrían entrar en contacto con nosotros, pero como se planteó anteriormente, hay demasiada información acerca de lo negativo que nos ha traído esta pandemia, lo que nos obliga a considerar qué es lo positivo que nos puede proporcionar.

Con nuestro confinamiento la naturaleza ha empezado a respirar nuevamente, de a poco. cierto, pero el mundo ha sido testigo de cómo la vida natural se ha abierto camino hacia el exterior, una situación maravillosa que ha quedado registrada en videos de avistamientos de fauna silvestre en situaciones que antes ni siquiera lo hubiéramos imaginado.

Con emoción hemos observado: leones durmiendo en las carreteras de Sudáfrica, jabalíes en las calles de Madrid, delfines en los canales de Venecia y ciervos en las calles de Japón. En nuestro país se ha observado a nuestra ave más majestuosa, el cóndor, y al indomable puma pasearse por las calles de Santiago.

Este impacto ha sido positivo para el medio ambiente, ya que la ausencia del mayor depredador: el ser humano y la reducción de los procesos productivos contaminantes a nivel mundial, permitieron que este panorama pudiera concretarse, trayendo una nueva luz y el recuerdo de cuán sabia es la naturaleza.

Con esta nueva realidad, los países y sus empresas deberían tomar conciencia y adaptar todos sus procesos para que sean más limpios, más amigables con su entorno, todo lo cual permitirá cumplir con un sistema sustentable, para que exista un futuro mucho mejor a la realidad que vivimos ahora para nuestra prole, nuestros hijos. Un mundo donde predomine el uso de recursos sostenibles, la reducción de impactos ambientales y en lo posible, la mitigación de la contaminación. Además, de comprometernos eficazmente en reducir el consumismo, generar mayor conciencia social, y un mejor cuidado del agua, aire, suelos, flora y fauna; y recursos no renovables.

A nivel mundial, entre los impactos ambientales positivos que nos deja esta pandemia, podemos encontrar la recuperación de distintos ecosistemas, la reducción de gases de efecto invernadero, la reducción del tráfico ilegal de la fauna silvestre, así como también el nuevo panorama referida al retorno de muchas especies a su hábitat natural, entre otros grandes acontecimientos que no ocupan titulares, pero que tienen una trascendencia vital para el planeta.

Cabe destacar que, debido el aislamiento social, las personas están aprendiendo a priorizar su salud y gestionar adecuadamente los recursos implementando la regla básica de las tres R: reducir, reusar y reciclar, además de recordar que nunca es tarde para plantar un árbol.

Cada uno de estos ejemplos son lecciones que nos deberían llevar a la reflexión de buscar y crear un mundo diferente, uno donde entenderemos que nuestras acciones hacia el medio ambiente tendrán consecuencias, no solo para estas generaciones, sino para las futuras.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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