[Opinión] De consumidores a generadores de Espacio Público

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Por: Gisel Marino Lo Giudice. Arquitecta y Urbanista


La crisis sanitaria que atravesamos hoy nos ha llevado a estar en un prolongado encierro, donde ansiamos poder compartir y recrearnos al aire libre: una caminata, salir con los niños a la plaza, caminar por la costanera, forman parte de nuestros más preciados deseos.

Bajo esta nueva realidad me pregunto ¿Le damos al espacio público el valor que se merece?

Vivimos en ciudades que se formaron sin identidad propia, que son producto de una economía de mercado que trajo consigo problemas como: infraestructura colapsada, elevados costos de mantenimiento, grandes distancias, especulación inmobiliaria, pero sobre todo, relaciones humanas casi nulas. Debido a esto, nos sentimos desvinculados del espacio público, no tenemos un sentido de pertenencia y nos volvemos  sólo consumidores de él, desligándonos así de toda responsabilidad, porque lo vemos sólo como un tema de las municipalidades o autoridades.

Debemos revertir la perspectiva de ser consumidores  para transformarnos en generadores de espacio público, dejar de ser espectadores y pasar a ser protagonistas.

Ahora bien, la pandemia creó un nuevo paradigma y el mundo está  cambiando desde la cultura del consumismo a una cultura enfocada en la calidad de vida: del bienestar individual- colectivo- ambiental.

Hemos comenzamos a experimentar nuevas vivencias: redescubrimos la tierra, (aparición de las huertas domésticas), nos interesa el reciclaje, el trabajo de artesano, la escala local, el bienestar espiritual (auge del yoga), de repente el “hazlo tú mismo” comenzó a ser interesante y, al parecer, la filosofía del disfrute ha llegado a nuestras puertas para quedarse.

Debemos aprovechar de tomar todas estas buenas intenciones que están latentes y extender nuestro campo de acción desde nuestra casa al territorio para así poder ligar una identidad territorial.

El empleo de nuevas tecnologías, nos abre la puerta para concretar esta idea en una herramienta al alcance de toda la comunidad y que nos permita estar en dos dimensiones a la vez: la real y la virtual: es ahí, en la virtual, en donde podemos encontrar a todos los actores de la ciudad en el mismo espacio y tiempo, permitiendo así una nueva relación ciudadano territorio.

Una nueva generación de aplicaciones urbanas está rompiendo con el viejo paradigma, permitiendo al ciudadano tener un papel activo, en la planificación y el diseño urbano, en las estrategias de movilidad y en diversas formas de contribuir con el medio ambiente. Éstas permiten revitalizar la acción ciudadano- territorio compartiendo ideas, proyectos, opiniones, denuncias, puntos de interés u oferta cultural entre otras, pudiendo ser geo ubicadas en tiempo real generando un feedback actualizado de la ciudad.

Así por ejemplo: si una idea o iniciativa de un grupo es expuesta, inmediatamente es vista por otros ciudadanos, por el municipio y por actores privados y quienes estén interesados inmediatamente pueden organizarse para participar, colaborar o realizarla. Esto genera transparencia y participación ciudadana y una ciudad colaborativa, estratégica y dinámica.

El diálogo con la ciudad nos va a hacer interactuar creativamente con ella y el espacio público comenzará a ser un tema de toda la comunidad, dejando así de depender de la burocracia de las instituciones que ya son parte del viejo paradigma.

El espacio público se revitalizará siendo dinámico, vivo, flexible y creando comunidad.  Invito a todos los actores, tanto públicos como privados, a desarrollar estas herramientas para que así cada antofagastino se convierta en generador de espacio público.

Hagamos una ciudad para ti, para mí, para nosotros.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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