Por: Manuel Baquedano M. Presidente Instituto de Ecología Política
Frente a la crisis climática, la naturaleza ha movido sus fichas y nos ha hecho un jaque. Un jugador avezado en ajedrez se dará cuenta de la situación y nos dirá que se trata de un jaque mate. Sin embargo, muchos ciudadanos no terminan de comprender qué ocurre. ¿Cuánto nos demoraremos en reaccionar?
Después de conocer el reciente informe de los científicos del IPCC de las Naciones Unidas somos muchos los que nos hacemos esta pregunta. La prestigiosa economista y profesora de la Universidad de Cambridge, Diane Coyle, nos recuerda que el escritor austríaco Stefan Zweig observó que la mayoría no puede comprender la perspectiva de cambios catastróficos en su situación y que “Las cosas pueden empeorar gradualmente durante mucho tiempo sin provocar una reacción. Una vez que ocurre la catástrofe, es demasiado tarde para actuar”.
Si la situación del clima y de la biodiversidad es crítica como advirtieron los científicos, es lógico preguntarse qué podemos hacer para enfrentar este gran desafío y cómo podemos lograr que la actividad humana, principalmente la económica, se desenvuelva dentro de los límites de la naturaleza.
Con o sin nuestro consentimiento, la naturaleza nos llevará hacía el decrecimiento. El dilema que se nos presenta hoy es si decrecemos de forma planificada o si colapsamos de manera caótica.
¿Cuándo tomaremos conciencia de que ha llegado el tiempo de decrecer? ¿Cuándo abramos la llave y ya no salga agua? En ese momento habremos llegado a una temperatura de 1,5 grados por encima de lo normal.
Según los científicos del IPCC hoy estamos en un aumento de un grado sobre lo normal, pero existen numerosas investigaciones que nos indican que ya llevamos 1,2 grados y que el fatídico nivel de 1,5 grados se alcanzará antes del año 2030.
Como está siendo cada vez más habitual, a esta controversia científica la terminará dirimiendo la naturaleza con la nueva normalidad que surja a partir del aumento desmesurado de los eventos climáticos extremos. Y, como señala el informe del IPCC, de no accionar sin dilación los frenos de la emergencia, nos encontraremos con un cambio climático ya absolutamente fuera de control. La diferencia entonces no es el cómo sino el cuándo.
¿Qué podemos hacer frente a esta lúgubre situación?
Inspirados en las propuestas de Christiana Figueres y Tom Rivett-Carnac en su excelente libro “El futuro por decidir”, proponemos una agenda para luchar contra la crisis ambiental. Esta agenda no está centrada en la mitigación de la crisis (como la que comparten los autores en su libro) sino en la adaptación profunda pues, a nuestro juicio, la crisis climática entró en un proceso irreversible.
A continuación, compartimos nuestra propuesta:
Hoy:
- Averigua cuál es la posición de los concejales y alcaldes sobre la crisis climática y promueve la declaración de la emergencia climática en tu comuna. Si no despiertas su interés, inicia un petitorio de firmas ciudadanas que respalden tu demanda.
- Elige por lo menos un día de la semana para no comer carne. La industria ganadera es responsable del 15 por ciento de las emisiones de CO2 y es también la principal causante de la deforestación en la Amazonia. Piensa que podrías después agregar algunos días más.
- Disminuye el ritmo de compras de tus prendas de vestir. Esta industria es responsable del 10 por ciento de todas las emisiones.
- No compres plásticos de un sólo uso.
- Invita a otra persona a hacer lo mismo.
Para esta semana:
- Elige aprender y desarrollar habilidades que te permitan aumentar tu autonomía personal en la producción de tus alimentos (por ejemplo, trabajar un huerto orgánico), en el uso del agua, en autoconstrucción o en la producción de un anillo de seguridad energética. Ten en cuenta que para utilizar las energías renovables primero hay que mejorar el aislamiento térmico de las casas.
- Incorpórate a una organización ciudadana local en defensa del medio ambiente.
- Practica el uso de la bicicleta y utiliza menos el auto.
- Trata de salir y tomar “baños de naturaleza”. En todas partes encuentras lugares donde puedes entrar en contacto profundo con ella. Caminar además es muy saludable.
Para este mes:
- Promueve la discusión en la Asamblea Constituyente procurando que la naturaleza sea reconocida como sujeto de derecho y por lo tanto pueda ser defendida en su integridad y protegida de la voracidad de los seres humanos.
- Muy importante: concreta tus compromisos ambientales y analiza cómo los puedes impulsar en tu círculo más cercano, con tu familia, amigos y vecinos.
- Revisa tus compras: ¿Fueron todas indispensables?
- Comienza a realizar sistemáticamente la práctica del trueque.
- Recuerda: lo importante no es el reciclaje o la reutilización que, por cierto, están muy bien. Hoy es prioritaria la acción de reducir, es decir, la eliminación de lo superfluo. Una encuesta reciente señala que el 73 por ciento de los chilenos está dispuesto a crecer económicamente menos para proteger el medio ambiente y esto sólo puede lograrse si se realiza una disminución programada del consumo.
- Comienza a practicar tu espiritualidad, preparándote para los tiempos difíciles que vendrán. Puedes comenzar a meditar, aunque sea media hora al día.
Por año:
- En el plazo de un año debes estar preparado para transitar nuevas formas de vida que te permitan llevar a cabo una estrategia de sobrevivencia para enfrentar la crisis climática.
- Tenemos alrededor de cinco años para detener o suavizar el colapso de nuestra civilización. El planeta sobrevivirá a esta crisis; lo que pase con la humanidad es lo que está por verse.
- Simplifica tu vida y aprende a disfrutarla. Vivir es maravilloso, no lo convirtamos en un tormento: es el tiempo de la simplicidad voluntaria.
- Practica la esperanza activa.
- Comienza a vivir mejor con menos.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.