Por: Carlos Cantero O. Geógrafo, Máster y Doctor en Sociología. Pensador, Conferencista, Académico. Estudia la Adaptabilidad a la Sociedad Digital y la Gestión del Conocimiento
El sistema político tradicional en Chile, que participó del proceso de transición a la democracia, se debate gravemente herido. En la reciente elección esos partidos vivieron su peor pesadilla, se desfondó su adhesión ciudadana, un desastre político-electoral. Están iniciando las catarsis “Renovación o Morir”. Están desconcertados con el derrumbe, se acabó el sistema protegido en el que obtener el 33% de los votos era igual que obtener el 66%. Ello generó una política del empate, la “Democracia de los Acuerdos”, que paulatinamente fue capturada por el poder económico, con un permanente deterioro de los bienes públicos y afectación del bien común, hasta llegar a la situación actual.
En esta columna profundizaré sobre la coalición oficialista “Chile Vamos”, que apoya el debilitado gobierno de Piñera. El sector se debate en la desorientación y el desconcierto. Nuevamente salió aquello de “No lo vimos venir”, les paso con el reventón social, luego en el plebiscito sobre la reforma constitucional y en el desastre de la reciente elección.
Dice un refrán: “No hay peor ciego que aquel que no quiere ver, ni peor sordo que aquel que no quiere escuchar”, lo que define perfectamente la situación vivida al interior de este conglomerado. Recibieron muchas advertencias y anuncios que prefirieron ignorar. Estaban cómodos, “Felices y Forrados”. Fui uno de los que entregó esos anuncios. ¡Se castigó al mensajero!
En el oficialismo, producto de las necesidades de sobrevivencia, aún aturdidos por el impacto, no saben que derrotero tomar: unos insisten en mantener el rumbo de una derecha dura y otros promueven un desplazamiento hacia el centro. No se aprecia urgencia, actúan como si no hubiese pasado nada. Aún no se escucha un “Mea Culpa”, un reconocimiento de los errores políticos. No se asimila que, en la elección más importante, para conformar la Asamblea Constituyente, esta coalición constituida por el conjunto de UDI, RN, el PRI y EVOPOLI, en su conjunto solo obtuvieron un 24% de representación. Es decir, serán marginales en el proceso constituyente, solo tendrán un rol testimonial.
La sabiduría enseña resiliencia, hay que inclinarse en el sentido de los vientos. La tozudez por mantener un electorado de “derecha dura” o peor aún “de derecha económica”, agudizará irremediablemente la crisis. Es honesto señalar que, la imagen de la derecha dura es ampliamente resistida, está herida en el ala. La ruptura con la ciudadanía es profunda y dejará huella.
Es urgente asumir la realidad y convocar a un congreso ideológico. Se debe mantener los ideales de progreso, libertad y orden, asumiendo un nuevo y leal compromiso con lo social, ciudadano, democrático y republicano. Está demostrado que no basta el crecimiento económico, si no hay adecuada redistribución, preocupación por la calidad de vida de las personas y el medio ambiente.
Se asume que ha triunfado la izquierda radical. ¡Pero, no lo creo así! Ese 60% que no va a votar es muy superior a todo el universo electoral que participó. Los que ganaron lo hicieron con votaciones muy escasas respecto del universo potencial, su legitimidad y representatividad política esta cuestionada. Ese importante sector ciudadano -que no se sintió convocado- puede definir cualquier elección y está a la espera de compromisos que le interpreten. Ellos creen en el valor del orden, la libertad y especialmente en el emprendimiento, como sistema de promoción social. Nuestra gente es emprendedora, se ve en todos los niveles socio-económicos, se acostumbró al mercado bien abastecido y a precios competitivos, es consumista y lo demuestran las cifras en cada “CyberDay”.
La democracia chilena requiere pluralismo y diversidad, para ello se debe dejar tanto dogmatismo, eso exige cambios, con urgencia, pertinencia y oportunidad. Si aquello no ocurre pronto, el tren de olas del tsunami electoral traerá malas noticias en las Parlamentarias y la Presidencial de octubre. El 60% representa la reserva que se debe llamar con sentido social y ciudadano. Pero no aceptará “más de lo mismo, ni con los mismos”. Se le debe pedir perdón a la ciudadanía y llamar a un nuevo pacto y compromiso el sector.
Para la política chilena debe surgir una nueva forma de acción que se haga cargo de la fragmentación y los Independientes. Se debe crear una instancia (Think Tank) que asuma el rol de HUB, es decir, de articulación, coordinación y conmutación de actores e iniciativas con estos sectores. Si esto no ocurre de cara a la siguiente elección la fragmentación y los Independientes terminarán de dañar las opciones de los partidos políticos.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.
1 comentario
“No lo vimos venir”…. Cierto, pero ¿por qué otros SI lo vieron venir y salieron airosos?….. Codina, Cárter, el mismo Delgado en Estación Central…
La derecha tiene la fórmula…. Solo que se resiste a aceptar la evidencia…
Muy buen articulo de opinión….