Por: Talita Braga. Controladora de Infor y líder del programa Black at Infor Brasil
La diversidad y la inclusión son temas que están cada vez más presentes en el ambiente corporativo y su importancia es ineludible. No obstante, a pesar de la urgencia, todavía existen muchas empresas que no discuten el tema en el cuerpo ejecutivo y en la administración, dejándonos muy lejos de una situación ideal.
Sabemos que revertir este cuadro no es tarea fácil, en especial al considerar que la desigualdad se manifiesta de distintas formas a lo largo de la historia, materializándose en áreas como lo social, cultural y empleo, entre otras. Pero también somos conscientes que mantener el “status quo” es quedarse fuera del nuevo contexto que presiona a las empresas a que asuman una postura más alineada con las demandas actuales de la sociedad, es decir, la preferencia de empresas inclusivas con un propósito social.
Durante los últimos años hemos sido testigos de avances en la materia en Chile. Según un estudio realizado por la consultora EY a 34 empresas, el 100% ha implementado prácticas para fomentar la diversidad, mientras que un análisis de la consultora de RR.HH. Randstad, refleja que el 84% de sus encuestados asegura que percibe un ambiente de trabajo inclusivo dentro de su firma, cifra que deja a Chile en la posición número 6 del ranking mundial.
En esa línea sostienen también que para que las empresas sean percibidas verdaderamente inclusivas deben construir una fuerza laboral diversa (47%); crear espacios abiertos a las opiniones de otros (46%) y tener colaboradores de distintos orígenes en posiciones de liderazgo (45%).
En ese sentido, en Infor creemos que el primer paso es crear un ambiente de trabajo más diverso, valorando las virtudes y competencias esenciales para los puestos de trabajo a través de la capacitación continúa, invirtiendo en programas de retención y formación de talentos.
Eliminar barreras, crear facilitadores educacionales y flexibilizar algunos criterios de contratación resulta imprescindible en este momento, ya que muchas veces candidatos potenciales con experiencia y sinergia con la empresa no se identifican con los puestos vacantes debido a los patrones existentes que muchas veces aumentan la desigualdad. Además, las empresas se deben adaptar a nuevos métodos de selección y evitar discriminación o ventajas para una parte de la sociedad que cuenta con más oportunidades y acceso a educación de calidad.
Es importante que los líderes corporativos estén comprometidos y actúen para eliminar exigencias que se pueden complementar con programas educacionales para la formación de nuevos talentos y así ampliar la selección. Las organizaciones pueden, por ejemplo, incluir cursos de capacitación intensivos de inglés para sus empleados con la intención de quitar barreras y enfocarse en las fortalezas de los individuos. Así también, el desarrollo de nuevos talentos es una iniciativa positiva. Se puede invertir en programas de pasantías seleccionando a jóvenes para formar y contribuir en la empresa.
Las políticas inclusivas son importantes en el camino de crecimiento de toda organización. Con estas medidas, el mundo corporativo podrá crear un ambiente donde el respeto y la valorización del individuo sean parte fundamental de la estrategia de negocio de la empresa y, a través de perspectivas y conocimientos diversos de los colaboradores, lograr mayor capacidad de innovación, creatividad y productividad para los equipos. En ello, los líderes tienen una gran responsabilidad para impulsar la transformación necesaria y deben preguntarse ¿hemos abordado la inclusión y diversidad de manera integral? ¿en qué etapa hoy está situada nuestra organización?
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.