Por: Egon Montecinos M. Dr. en Ciencia Política. Director del Centro de Estudios Regionales y del Desarrollo Territorial de la Universidad Austral de Chile
El argumento de “buenos políticos” o “políticos de Estado” de algunos legisladores que quieren evitar que una autoridad, supuestamente sin atribuciones, ejerza de esa manera su cargo en el nivel regional, -porque las regiones se merecen muchos más que esa imperfección-, es un argumento falaz y esconde las reales intenciones de posponer estas elecciones. Ese argumento de “buenismo, o de político de Estado Descentralizador”, hubiese sido creíble hace meses o años atrás, pero no hoy.
Definitivamente la élite política nacional, considera que en regiones habitan seres idiotas. Si la ley tiene imperfecciones y se habla que no se cuenta con atribuciones, ¿Qué queda para los alcaldes?, ¿Qué queda para los concejales?, ¿Qué queda para los consejeros regionales?. Bajo ese argumento habría que aplazar o suspender todas estas elecciones, porque la ley no le otorga a ninguna de esas autoridades subnacionales las atribuciones y recursos para resolver todos los problemas de la comunidad que representan.
Respecto al repentino susto que les bajo con el Delegado Presidencial Regional, ¡si ustedes mismos lo inventaron!. Esta autoridad designada va a tener poder de coordinación y gestión de los servicios públicos desconcentrados, eso es verdad y lo hemos venido planteando desde hace años.
No obstante, en esta primera etapa de descentralización política, el Gobernador Regional también las tendrá, o al menos podrá incidir en ello. Es más, gozará de lo que hoy ninguna autoridad subnacional o territorial tiene, me refiero a la legitimidad democrática de contar con un universo electoral solo comparable con el que tienen algunos Senadores o Diputados en el país.
¿No será ese el real problema? Es más, en ciertas regiones, los gobernadores regionales obtendrán mucho más votos que algunos candidatos presidenciales que no superan los 500 mil en sendas campañas políticas de carácter nacional.
Por favor… ¡El principal temor es al rol político que ejercerá esta autoridad, y no a las supuestas escasas atribuciones! Si esa hubiese sido su genuina preocupación, hace meses o años hubiesen escuchado a los regionalistas que se lo anticiparon y ya lo habrían zanjado. Es más ni siquiera han escuchado a la comisión de expertos que convocó el gobierno el año pasado y elaboró propuestas en esta dirección, y no en la dirección de aplazar las elecciones.
¿Cómo es posible qué a estas alturas, líderes políticos que se autodefinen como progresistas, crean el argumento del buenismo descentralizador?, ¿Cómo se puede creer que en 7 meses, arreglarán algo que en años no han podido solucionar?
Hoy lo importante es el símbolo político de que las regiones por primera vez en 200 años elijan a sus autoridades regionales. La pandemia ha demostrado con creces que vale la pena tener a una autoridad política, que saque la voz por un territorio e impedir que se someta a toda una población como esclavos obedientes, ante la orden incuestionable e insubordinable del nivel central.
Respeto genuinamente la actividad política, pero esta vez creo que disfrazar con “buenismo descentralizador” las razones electorales para el aplazamiento de la elección de gobernadores regionales, ya dista en la ignominia del desprecio hacia las regiones. Solucionen de otra manera el problema político que tienen con las inhabilidades o con los alcaldes que no pueden reelegirse, porque con las regiones, parece que la jugarreta ya ha sido suficiente.
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