Por: Margarita Ducci B. Directora ejecutiva de Pacto Global Chile (ONU)
Cada vez más empresas han asumido un rol clave de liderazgo respecto a la importancia de la integración de la sostenibilidad en su modelo de gestión, impulsando un cambio cultural en el sistema económico, en el cual las organizaciones están cada vez más conscientes. Es así como las compañías chilenas que participan en los índices del Dow Jones Sustainabilty Index, se han transformado en un paradigma para que otras continúen en esa senda, al verificar los beneficios que ello reporta para sus accionistas y grupos de interés, especialmente sus colaboradores, proveedores, clientes y la sociedad en general.
Hemos visto, además, que ha aumentado genuinamente el interés por formar parte de estos índices, lo que ha propiciado que se produzca un avance en las buenas prácticas y un efecto dominó positivo en materia de gobiernos corporativos, transparencia y sostenibilidad, como una manera de crear valor y diferenciarse en el mercado.
De hecho, cada vez más, los inversionistas buscan en las empresas, niveles de compromiso demostrables respecto a la sostenibilidad, y existe una clara demanda por parte de aquellos institucionales, por identificar que sus fondos son sostenibles. Esto, porque fomentar la inversión responsable permite que las empresas se exijan para alcanzar estándares exigidos en materia de gobernanza, de aspectos sociales y medioambientales, y junto a ello, fortalezcan su reputación corporativa, trasmitiendo mayor transparencia y credibilidad en momentos en que las confianzas están afectadas.
Ser parte del Dow Jones Sustainability World Index, implica entrar al grupo selecto de los líderes globales en sostenibilidad y las empresas que han logrado incorporarse en el DJSI, se convierten en referentes en el mercado, representando un sello de calidad que hoy se aprecia y se proyecta al mundo. Ya no es suficiente invertir en grandes empresas, solo por el hecho de que sean rentables.
Hoy se hace indispensable analizar si su comportamiento es éticamente confiable; si posee genuinamente valores y si los practica, y si sus objetivos son coherentes con las expectativas de los inversionistas. Esta nueva manera de ver y hacer los negocios nos permite repensar la sociedad y economía que queremos construir.
Hoy se ha vuelto primordial que las empresas comprendan cuáles son las conductas empresariales requeridas para conseguir el tan anhelado sello de sostenibilidad y así tener acceso a una fuente creciente, más amplia, de recursos y de inversionistas. Existe un “desde” de la sostenibilidad, que debe ser el centro de la estrategia de negocios en todo sentido, no solo integrándola como una política específica, sino que debe permear todos los procesos al interior de la organización e influir en todas las decisiones. Desde como iniciar los negocios, dónde invertir, hasta qué proveedores contratar, es decir, en toda su cadena de valor.
Se requiere creatividad e innovación, para generar valor y plasmarlo al interior de la empresa, en definiciones económicas, sociales y medioambientales, con un criterio de resiliencia, asegurando la permanencia en el tiempo y la flexibilidad ante los cambios. Desde Pacto Global seguimos trabajando fuertemente en generar las sinergias necesarias para encauzar al mundo privado en estrategias y operaciones que incorporen los Diez Principios Universales, cuando solo restan siete años para cumplir la implementación de la Agenda 2030 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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