Por: Roberto Pávez. Director I+D de Henkel Chile
Hoy enfrentamos una crisis global debido al cambio climático y ahora más que nunca la industria debe trabajar en torno a una estrategia de sostenibilidad lo que es un verdadero reto para la innovación. Cambiar hacia esta nueva forma de hacer negocios no es fácil, ya que se requiere de un fuerte compromiso, un gran esfuerzo y una estrecha colaboración entre lo público, la academia y el sector privado, colaborando en equipo para resolver estos desafíos.
Actualmente, Chile invierte el 0,36% del PIB en Investigación y Desarrollo (I+D), lo que difiere del 2,34% de los países OCDE, según indica la Encuesta Nacional del Ministerio de Economía (2017). Otro dato significativo: de acuerdo a cifras del Ministerio de Ciencias, el Estado sigue siendo la principal fuente de financiamiento de I+D en el país, con un promedio de 48% versus un 30% de las empresas (2018), lo que revela la necesidad de un aporte mayor por parte del sector privado.
¿Qué se requiere entonces? Además de infraestructura, tecnologías y capital humano avanzado que forme conocimiento, atreverse a ser menos conservadores y que el mundo empresarial incorpore esta área en su estrategia de negocios, para que sumen innovación con el valor de la sustentabilidad.
Como científico he trabajado en estas materias, produciendo patentes relativas al desarrollo de nuevas tecnologías, gracias a la visión de Henkel para promover una agenda de crecimiento con propósito. En los 90’, por ejemplo, eliminamos el tolueno de los adhesivos de consumo, en una iniciativa que provocó una transformación interna que ayudó a generar una fórmula igual de adhesiva, pero más sustentable y segura para las personas. La acción, finalmente, se convirtió en una política de salud pública en Chile. Esto es solo una muestra de lo que se puede lograr.
Otro aspecto crucial es reforzar las alianzas, con el objetivo de conseguir una mayor coordinación entre empresas y centros de investigación, orientando la ciencia –aparte de su labor esencial- hacia fines que propendan hacia el desarrollo tecnológico-productivo de una manera sostenible.
Hemos avanzado recientemente en este sentido. Junto a Fundación Chile estamos impulsando un llamado a innovar, brindando nuestro aporte en la búsqueda de soluciones para los empaques plásticos a nivel global. Para ello, convocamos a startups, pymes, empresas y centros de investigación de todo el planeta, para que encuentren una tecnología que separe el Polietileno de Alta Densidad (HDPE) de los residuos de silicona, permitiendo reciclar los millones de cartuchos fabricados, pues a la fecha no existe una forma sustentable de hacerlo.
Somos conscientes del gran volumen de productos que vendemos. Henkel a nivel global comercializa cientos de millones de cartuchos de silicona de HDPE, mientras que en Chile se estima que hay entre 8 y 10 millones de estos envases en el mercado. Frente a ello, decidimos tomar acciones concretas e impulsar ideas transformadoras como la convocatoria “Seal the Cycle”, que esperamos tenga un impacto internacional en el proceso de tratamiento de estos plásticos difíciles.
Tenemos que seguir trabajando en este tipo de iniciativas para transitar hacia una economía verde. Por lo mismo, invitamos a las empresas, organismos públicos y privados, así como a la academia, a redoblar los esfuerzos en sustentabilidad dando los pasos que sean necesarios para contribuir a un mundo más limpio. Ahora es el momento de actuar.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.