Por: Ricardo Cortés. Director de la Asociación de Dispositivos Médicos de Chile (ADIMECH)
Semanas atrás estuvo de visita en nuestro país la prestigiosa economista y profesora de la University College de Londres Mariana Mazzucato, quien es presidenta del Consejo sobre la Economía de la Salud para Todos, entidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La presencia en Chile de esta destacada académica es una buena oportunidad para reflexionar sobre uno de los principales desafíos que enfrentamos en el ámbito de salud: las significativas brechas de infraestructura y equipamiento que padece el sistema público, y cómo generamos estrategias de inversión eficaces con miras a asegurar una atención equitativa de la población.
El Consejo nació en noviembre de 2020, en uno de los momentos más álgidos de la pandemia de Covid 19, emergencia sanitaria que dejó en evidencia la existencia de importantes inequidades a escala global respecto del acceso a una salud de calidad. En ese contexto, esta instancia busca repensar “cómo se mide, produce y distribuye el valor de la salud y el bienestar en la economía”, con el fin de “construir sociedades saludables que sean justas, inclusivas, equitativas y sostenibles”.
Justamente, una de las áreas de trabajo prioritarias del Consejo es la del financiamiento, que es concebido como una inversión a largo plazo y no como un costo a corto plazo. Es necesario -sostiene la entidad- “dirigir las inversiones para garantizar que la «Salud para todos» se convierta en el objetivo central de las actividades económicas”, para lo cual se debe reforzar el liderazgo y capacidades dinámicas del Estado, generar un entorno propicio en los ámbitos regulatorio y fiscal, y promover medidas que atraigan y dirijan el financiamiento privado hacia la mejora de los resultados de salud con una perspectiva equitativa, entre otros aspectos.
En esa línea, Mazzucato afirma que no basta con aumentar el financiamiento de los sistemas de salud, agregando que se debe poner el foco “en reorientar la financiación de forma radical”.
Esta mirada es congruente con el diagnóstico elaborado por la Estrategia Nacional de Salud 2021-2030, que define los lineamientos sanitarios del país para el periodo. Este instrumento de política pública fue construido por medio de un proceso participativo, donde intervino la Asociación de Dispositivos Médicos de Chile, junto con técnicos del sector, organizaciones científicas y académicas, colegios profesionales, representantes de la sociedad civil y agrupaciones de pacientes, entre otros actores.
Uno de los ejes estratégicos del documento es el de Gestión, Calidad e Innovación, donde se establece como uno de sus objetivos de impacto el “fortalecer la infraestructura y equipamiento del sector con enfoque de equidad, dando respuesta a las necesidades de salud de la población”. En este ámbito se detecta una serie de falencias vinculadas con el financiamiento y la gestión, como la ineficiencia e inadecuada priorización en los procesos de inversión y operación de la infraestructura y el equipamiento, su baja disponibilidad y la falta de abordaje de su obsolescencia.
Frente a este escenario, los planteamientos del Consejo sobre la Economía de la Salud para Todos nos invitan a poner siempre como fin último el bienestar del conjunto de la población al afrontar las problemáticas asociadas a la infraestructura y equipamiento del sistema sanitario nacional. Para esto, necesitamos invertir más y mejor en el sector público, enfatizando en la innovación tecnológica, que ha demostrado ser un factor que contribuye decisivamente a superar las brechas e inequidades en este campo.