Por: Gabriel Muñoz. Socio y Gerente General de Frutos de Lonquén
En este mes llamado “Julio Sin Plásticos”, es importante analizar sobre la sociedad de consumo en la que vivimos, la regla de las tres erres: reduce, recicla y reutiliza para seguir ayudando al medio ambiente. Y cómo las empresas ayudamos en este importante ecosistema.
Según la Hoja de Ruta Nacional de Economía Circular Para Un Chile sin Basura 2020-2040, presentaba hace un par de meses por el Ministerio de Medio Ambiente, en el cual se proponen 7 metas, 32 iniciativas concretas y 84 acciones para alcanzar hacia el año 2040, considerando cuatro líneas de acción: regulación circular, innovación circular, cultura circular y territorios circulares, para su implementación en el corto, mediano y largo plazo.
Un dato importante es la investigación realizada en España, sobre la reutilización del sustrato del champiñón, que constituyen el principal residuo generado en la actividad, como por ejemplo su empleo en biorremediación, es decir la purificación de aire, agua, suelos y de sustratos contaminados con plaguicida
La pregunta es ¿Qué tan importante es saber reutilizar los recursos de las industrias?, En el sector agroindustria chilena este proceso se ha acelerado hacia una economía circular, según Chilealimentos este cambio no solo logrará reutilizar o revalorizar las 40.000 toneladas desde fábricas de pulpas de frutas, jugos concentrados de frutas, productos congelados, productos deshidratados, entre otros, sino también crear mayor conciencia en todo este rubro
Solo el 10% de 40.000 toneladas de los productos del desecho de las plantas de la industria de frutas y hortalizas que generan anualmente 21 empresas procesadoras de alimentos de Chile, se aprovechan para mejorar el suelo o como compost
El sector agroindustrial hace años que viene profesionalizando sus prácticas de economía circular, y la idea es que todas las industrias desde sus escenarios puedan realizarlo. La conservación de materiales primas conlleva a crear sustentabilidad, reduciendo, reutilizando y reciclando todos los elementos que puedan tener un mayor sistema de aprovechamiento de recursos biodegradables. Eso es economía circular y eso es lo que Chile tiene que apuntar.
A diferencia de otros modelos donde prima el aspecto económico por encima del social o medioambiental, la economía circular supone una sustancial mejora común tanto para las empresas como para para los consumidores, donde hoy es primordial cuidar con mayor fuerza el medio ambiente y aprovechar los recursos que nos entrega, entregando, enseñando y por sobre todo educando a las nuevas generaciones.
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