[Opinión] La mujer y su nuevo protagonismo

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Por: María Fernanda Alcayaga. Seremi de Desarrollo Social, región de Antofagasta


¿Sexo débil? Hasta hace dos años, la Real Academia de la Lengua (RAE) definía este concepto como un “conjunto de mujeres”. Las reiteradas críticas encendieron el debate y la señal de los nuevos tiempos a nivel mundial hicieron cambiar la acepción, con voces a favor y las menos en contra.

¿Pero qué es ser mujer? Si bien son claras y obvias las diferencias biológicas entre el género masculino y femenino, a la hora de abordar los derechos, participación e igualdades, ahí entramos en una nebulosa difícil de despejar. Son siglos de postergaciones y subvaloraciones por una sociedad paternalista, donde las mujeres quedamos a la deriva por razones culturales, religiosas e históricas, entre otras.

Ser mujer significa valentía, ser luchadora, emprendedora, de mirar la vida desde otro punto de vista y tener un renovado protagonismo en una sociedad que cada día gana más terreno al machismo y a prácticas discriminatorias. Aún falta mucho por hacer, de eso no hay discusión, pero vamos por el camino correcto.

El 8 de marzo es una fecha que encierra varios significados y que conmemora el Día Internacional de la Mujer en distintas latitudes del mundo, en algunos países con mayor fuerza, en otros aún con una enorme deuda por saldar para millones de mujeres.

Como en todos los años anteriores, esta jornada es motivo de reflexión de cómo estamos, hacia dónde vamos y qué queremos, gracias a que muchas valientes pavimentaron este camino, algunas incluso sacrificando su vida con el propósito de defender sus convicciones y dejar un legado a las nuevas generaciones.

La participación, la igualdad y mejores oportunidades son palabras que deben ir más allá de las buenas intenciones. No hay que olvidar que hasta hace pocos años la mujer estaba recluida a un rol secundario, a la sombra del hombre  y privada del mundo laboral, sin contar actualmente las brechas salariales que son indesmentibles. Otro dato: en Chile sólo obtuvimos derecho a voto en 1949, para participar tres años más tarde en las elecciones presidenciales.

Si bien la ONU oficializó el Día Internacional de la Mujer sólo en 1975, su origen se remonta a un inicio quizás desconocido y con consecuencias dramáticas. El 8 de marzo de 1857, cientos de mujeres de una fábrica de textiles en Nueva York protestaron en demanda de mejoras laborales e igualdad de oportunidades. Lamentablemente, el desenlace no pudo ser peor: 120 trabajadoras perdieron la vida.

Así nace una nueva historia que marca la era de la inclusión de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad, aportando al país, siendo el centro de la familia, criando y también moldeando una nueva sociedad, más abierta, solidaria e inclusiva.

Una mujer nunca podrá ser igual a un hombre por su condición biológica, pero sí tener los mismos derechos, oportunidades y ser protagonista privilegiada de las nuevas ideas que cambiarán el mundo, las que no tienen límites ni fronteras, ni menos responden a un sexo determinado.

Como Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, la equidad de género es un tema fundamental para tener un país más armonioso y pluralista, más aún cuando el Senado ya aprobó el nuevo Ministerio de la Familia y Desarrollo Social (ahora sólo queda el último trámite legislativo), dejando en claro el nuevo foco en esta materia.

Las mujeres, tanto de quienes trabajan por un salario como aquéllas que realizan su infatigable labor al interior del hogar, merecen todo nuestro respeto. Y no sólo en esta especial fecha,  sino todos los días del año.

¡Feliz Día de la Mujer!


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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