Por: Felipe Ulloa. Consultor internacional en infraestructura, transporte y desarrollo
Los avances en ciencias y tecnología que se aplican a la industria de automóviles y buses, debieran conducir a una mayor seguridad de los pasajeros en sus traslados y, por tanto, a una disminución de las tasas de accidentabilidad en los trayectos. No obstante, cuando se aumenta el parque automotor y no la infraestructura, se generan situaciones de riesgos.
Los países en general y Chile en particular, deben estar revisando, de manera constante, las normas que autorizan a los diferentes tipos de vehículos para el uso de las vías, es decir, autorizar o rechazar la circulación. Sobre la infraestructura existente, pueden rodar una serie de tipos de vehículos, sin embargo, hay otros que por sus dimensiones no pueden operar en la infraestructura existente con ciertos grados de normalidad.
En cuanto a transporte de pasajeros, Chile ha registrado ya accidentes fatales con buses regulares y de dos pisos, estos últimos poseen, por su altura, un centro de gravedad más elevado que, bajo condiciones particulares, les hace perder estabilidad. Por eso es necesario revisar la norma y restringir las velocidades en ciertos tramos carreteros de mayor dificultad para la operación de este tipo de buses.
Para crecer, los países deben desarrollar infraestructura. Si Chile quiere crecer al menos al 3% en el 2019, deberá desarrollar infraestructura durante este segundo semestre, considerando que la industria de pasajeros debe optimizar viajes y reducir sus emisiones, según señala la agenda 2030 de Naciones Unidas.
Los buses que tengan mayor capacidad, como los buses de dos pisos, deben operar sobre vías con altos estándares de seguridad vial, es decir, señalética que indique reducción de velocidades máximas en algunos tramos carreteros, así como también contemplar barrera de contención que impidan el traspaso entre pistas con sentidos distintos.
Se debe aumentar la seguridad vial y, para ello, la CONASET debe desarrollar un plan estratégico de “Vialidad Segura”, tanto para los desplazamientos al interior de las ciudades como para los desplazamientos entre las ciudades. La movilidad segura de las personas debe contar con la revisión constante de las normativas existentes y con los diseños carreteros adecuados para reducir tasas de accidentes y así no tener que lamentar vidas humanas.
Es imperioso que los nuevos procesos de licitación de desarrollo de infraestructuras por parte del Ministerio de Obras Públicas, consideren elevar los estándares de seguridad vial para carreteras y otras infraestructuras. Por su parte, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones debe activar el “Plan Cero Accidentes”, lo que se puede materializar con una revisión de la normativa vigente, gestión y fiscalización. No pueden seguir muriendo personas en accidentes carreteros ni por usar buses, ni por viajar en autos los fines de semana largo.
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