Por: Luis Piccolo. Vicepresidente de Ventas, Cluster Sur CenturyLink, América Latina
Si bien el concepto de Transformación Digital es tema de debate en las principales empresas desde hace unos años, el ritmo del cambio se aceleró exponencialmente y la transformación dejó de ser una opción.
A esta altura, cada vez son más las voces que coinciden sobre la necesidad que tienen las grandes compañías, sin importar la industria, de adoptar estrategias de Transformación Digital para continuar siendo relevantes. Según expertos, se está ingresando en una era completamente disruptiva, a la que muchos consideran la “Cuarta Revolución Industrial”, por la profundidad y el alcance de los cambios.
Si bien, hasta hace poco, los grandes líderes empresariales miraban con cierto escepticismo a este fenómeno; luego, entendieron que debían sumarse y desarrollar sus propios proyectos, para no otorgar ventajas a sus competidores.
Además, debido a la rapidez con la que la tecnología evoluciona, el ritmo de adaptación y transformación debe acelerarse cada vez más, y es por este motivo que ya se empieza a hablar de “Transformación Exponencial”, en vez de “Transformación Digital”: un concepto que focaliza no sólo en la adaptación digital que deben realizar las empresas, sino también en la velocidad con la que deben transformarse a sí mismas, teniendo en cuenta que la velocidad de la revolución tecnológica se ha multiplicado en los últimos años.
Aquí radica, entonces, uno de los principales desafíos que tienen los líderes empresariales: muchas organizaciones, al percibir el riesgo y la necesidad de cambio, generan sus propios anticuerpos contra la innovación, una especie de resistencia silenciosa a modificar la forma en que se trabaja, a transformar procesos, a adoptar nuevas metodologías de trabajo, más ágiles colaborativas, y a compartir proyectos entre diferentes departamentos.
A pesar de la abundancia de datos y de la multiplicidad de opciones para optimizar recursos y procesos, muchas empresas tienen dificultades para superar la barrera de la resistencia cultural. Este es un mecanismo de defensa que surge espontáneamente como respuesta al temor que genera el cambio.
Por eso, quienes formamos parte de la industria de TI y asesoramos a las empresas para que generen estrategias óptimas de transformación digital, estamos convencidos que el factor cultural es un pilar que debe ser abordado desde el primer momento y al que se le debe otorgar una atención similar al que se le da a la inversión tecnológica.
Y para ser exitosos en ese abordaje, es fundamental el compromiso y la visión del equipo de dirección de la empresa, la docencia de los especialistas y la colaboración de los líderes, que juntos harán posible el cambio en las metodologías de trabajo para implementar con éxito los más variados proyectos de Transformación Exponencial.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.