[Opinión] ¿Logramos ya estar cómodos en esta nueva realidad?

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Por: Marcelo Blechman. Socio de OLIVIA


Podemos discrepar si es bueno o malo, si nos gusta o no, si nos es funcional o no, pero lo cierto es que nuestra vida cambió. Cambiar tiene dos fórmulas, porque queremos o porque nos obligan y hoy estamos enfrentados a la segunda. ¿Qué cambios hemos visto? Estamos más tiempo con la familia, nos comunicamos más (algunos pelean más también) aprendemos cosas de nuestros hijos que quizá no conocíamos de ellos, compramos menos, distribuimos de otra manera nuestros horarios, hacemos deporte en casa, tenemos menos vida social y quizás, algunos hasta estén aliviados con eso. Dicen que hay menos contaminación, que la gente vive más el día a día y piensa menos en el futuro, porque hay poco para planificar.

En fin, todo cambió y no sabemos cuánto de esto va a quedar después y si podríamos continuar viviendo de esta forma. Conversaba el otro día con alguien que me decía que, si no fuera por el estrés laboral que le provoca esta incertidumbre, su vida sería mucho más feliz… da para pensar ¿no?

¿Estaremos frente a un cambio estructural de nuestra forma de vida?

En términos organizacionales el tema no es muy distinto. Las organizaciones cambian por estrategia o por crisis, y hoy cambiaron por la segunda. Decisiones que antes llevaban años en tomarse (como el teletrabajo) hoy se toman en horas. Las responsabilidades se delegan mucho más rápido y el “ve como lo solucionas y me cuentas” que antes era impensable porque decidir sin un plan, una instrucción, un seguimiento era una locura, ahora es una frase se escucha todo el tiempo. Los horarios se desdibujan y el trabajo en equipo es más necesario que nunca. Pero hay un problema.

En algunas organizaciones las personas se sienten a la deriva porque no están acostumbradas a estas libertades que de repente les cayeron del cielo, otras sienten que se pierde el accountability, que no se cumplen los “horarios de trabajo” o que no tienen instrucciones claras. Por suerte hay otras organizaciones que están reaccionando de forma ágil y generando instancias de colaboración, formas nuevas de comunicación y de seguimiento y una nueva estructura que soporte su operación. Empresas de servicios profesionales por ejemplo han ampliado sus servicios de soporte para ser 100% virtuales.

Una vez que pase la crisis, ¿qué incentivo van a tener para volver al escenario anterior? A los que hoy les funcione esta nueva forma, la van a mantener con todos los beneficios que esto implica, tanto organizacional como personal.

Para aquellas que todavía no están cómodas dentro de esta nueva realidad y aún sienten que navegan sin rumbo en el caos, les doy algunas ideas que esperan ser un aporte a este importante cambio que están viviendo.

  1. Comuníquense: Las organizaciones deben comunicar más que antes, estar cerca de sus colaboradores y hacerlos sentir que el Home Office es una instancia formal más.
  2. Preocúpense de las personas: en un espacio distribuido la comunicación también pasa de lo formal, sobretodo en épocas de incertidumbre, a tener un approach más coloquial donde se demuestra un interés genuino por saber cómo está la persona como individuo, no sólo en relación a su función en la organización. Esto es fundamental para reforzar el compromiso.
  3. Establezcan objetivos claros, y no pongan tanto foco en el Cómo: hoy, más que nunca, se necesita que los temas se concreten, el “como” pasa a ser secundario.
  4. Coordínense: es fundamental saber quién tiene cual objetivo o tarea a su cargo, sino van a estar varios corriendo detrás de la misma pelota.
  5. Establezcan puntos de contacto: de forma remota es muy fácil juntarse, revisar el avance de los temas y seguir con el día a día. Establecer una rutina de Check Point diaria facilita esa tarea.
  6. Defina sus herramientas tecnológicas de trabajo: un gran riesgo para las organizaciones que no tienen esto definido es que cada cual trabaje con lo que le acomode. Aquí es donde se pierden muchas sinergias, tiempo, seguridad de datos, etc. Aprovechen esta oportunidad para tomar una definición de plataformas y herramientas transversales a todos.

 

Y más allá de este acomodamiento operativo y funcional, vea cómo mantener vivos los valores declarados en el propósito de su organización. Si en su propósito había declarado, por ejemplo, que un valor en su organización es la Innovación, entonces impulse a todos a innovar en las soluciones/respuestas que hoy se dan a los clientes en este nuevo contexto. Partiendo de ser usted mismo, como líder, el ejemplo para todos e innovando en la forma de gestionar, que en algunos casos será delegando lo que no delegaba antes, como mencioné anteriormente, o eliminando la cadena de reportes para imprimir velocidad en la ejecución, etc.

Es un momento ideal para aprovechar, por un lado la aceleración del cambio que esta crisis nos impuso y por otro lado, para reforzar la cultura de su organización y poner los valores de la misma en acción.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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