[Opinión] Los Municipios del 27 de abril 2020

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Por: Claudio Pucher. Alcalde de Hualañé


Adportas del plebiscito en abril que sin duda será histórico y marcará para siempre la historia de Chile, en el mundo municipal no nos queremos quedar atrás. Más allá del Apruebo o del Rechazo, lo que de seguro daría para otra columna exclusiva al respecto, este debiese ser el momento de las comunas y sus municipios.

Erradamente se habla de los gobiernos locales, pero lo cierto es que no somos más que meros administradores, en donde el presupuesto municipal no alcanza sino para pagar las operaciones que permiten que el municipio funcione (sueldos, recolección de basura, salud, educación, etcétera). No obstante, no queda dinero para inversión y tampoco para proyectos, estos ítems debemos hacerlos vía postulación a los fondos del gobierno regional, el cual también debe atender las solicitudes del resto de los municipios de la región.

Demás está decir que las alcaldías grandes y con presupuestos más altos suelen atraer profesionales que a su vez realizan proyectos seductores para el gobierno regional, y también para sus Cores, quienes tienen ahí el porcentaje mayoritario de sus electores. Como se puede observar, es un círculo vicioso y una competencia desigual para los más pequeños.

No cabe duda de que hoy los focos de atención, y con justa razón, están puestos en el plebiscito del 26 de abril, pensiones o prueba PSU, pero debemos también estar conscientes de que gran parte de las prestaciones que el Fisco lleva adelante las hace a través del municipio, o con este como intermediario. Y es que somos la primera puerta de entrada de los vecinos de Chile al Estado. Por esa razón, es que una descentralización eficaz, y desde el mundo municipal como principal célula de la institucionalidad, mejoraría y agilizaría la relación ya existente con las personas.

El Chile que queremos ver el 27 de abril, es sin dudas un Chile mejor, más justo y equitativo, y eso no es posible sin los municipios; para aquello es perentorio una modificación del Fondo Común Municipal, y que el gobierno central aporte más dinero, que los municipios más ricos también lo hagan, pero también que tengamos más y mejores metas, controles, y que ese dinero efectivamente llegue con prontitud para atender las necesidades de la gente.

Nos falta discutir para qué queremos más descentralización: corrección de las desigualdades territoriales y profundizar la democracia. Todos los municipios debiesen asegurar un piso mínimo, un “desde” donde cualquier individuo sepa que tiene una base, que no está solo, y que un ente cercano y que lo conoce, como la alcaldía, camina a su lado.

Profundizar la democracia va de la mano con la temperatura del Chile de hoy y con una demanda subyugada y capturada por los grupos de poder de distintas épocas que provocaron una tensión con la población al no verse estos reflejados en sus autoridades. Las personas tendrían en su entorno más inmediato la oportunidad de decidir a sus autoridades, pero me refiero a autoridades empoderadas y con reales brazos de acción.

Todo lo anterior, en un marco institucional que nos ha sido natural, como el unitario, podemos justamente ser un Chile unitario, pero descentralizado a nivel regional y municipal.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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