Por: Roberto Torres. Abogado asesor de Zenda by Defontana
La modernización de la Dirección del Trabajo (DT) responde a una tendencia imparable que se enmarca en la Ley 21.327 de tramitación electrónica y registro de documentación, publicada en abril de 2021 y que entró en vigencia el 1º de octubre de 2021, pero que implica diversos plazos para completar la interacción electrónica entre la entidad, empleadores y trabajadores.
Así, la ley trata dos grandes materias. Por un lado, las reformas al Código del Trabajo relativas al registro documental y tramitación electrónica; y por otro, las normas estatutarias de la Dirección del Trabajo de ingreso, concursos, asignaciones y otras materias.
En ese escenario, se torna urgente prepararse y capacitarse en la implementación de una solución de gestión de Recursos Humanos 100% web que sea capaz de conversar con otros sistemas; que sea integral, flexible y se adapte al mundo cambiante en el que vivimos. Un software que ayude a las empresas a cumplir con los procesos requeridos por la Dirección del Trabajo en la implementación de la modernización.
Entre ellos, la generación del Libro de Remuneraciones Electrónico, la actualización automática según las exigencias legales y la nueva normativa, firma electrónica certificada y la disponibilidad de los documentos laborales en la nube.
Así como otros servicios públicos se han subido al carro virtual, como pionero el Servicio de Impuestos Internos (SII) todos van en esa dirección, pues es una tendencia que llegó para quedarse, por lo que hay que anticiparse no solo en el cumplimiento de la ley, sino para hacer más fácil y eficiente el trabajo y la gestión, por ejemplo, en empresas con cargas intensivas de contratación, donde los procesos pueden estar sujetos a error, lo cual disminuye considerablemente con estos nuevos sistemas.
Ciertamente, esta modernización conlleva importantes desafíos en materia técnica y legal hasta que el sistema se consolide. Uno de ellos requiere estar al día en los procesos, pues el tema no solo es de regulación legal, reglamentaria y de dictámenes; sino también de cumplir los requerimientos informáticos exigidos por los sistemas de la Dirección del Trabajo. Otro, no menor es el tema de la protección de datos, ya que en las empresas privadas puede haber cierto recelo al momento de subir información sensible y personal al registro electrónico de la DT, por lo que aún quedan asuntos pendientes que resolver y pulir, algunos de ellos discutiéndose en este momento en instancias judiciales y probablemente terminen ventilándose en el Tribunal Constitucional.
Con todo, lo concreto es que hoy las empresas tienen la exigencia de optimizar sus propios procesos relativos a la gestión documental y administrativa, en sintonía con la transformación digital que los tiempos actuales exigen y para ello requieren desarrollar o adquirir sistemas que les permitan ser productivos en esa área.
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