Por: Daniel Vercelli Baladrón. Co-fundador y Managing Partner de Manuia
En los próximos dos años, 5 de los 10 principales riesgos que enfrentaremos a nivel global tendrán relación con el cambio climático y el medio ambiente. Si ampliamos el rango a los diez años, son seis los riesgos presentes en el Top 10. Así se desprende de los resultados del Reporte Global de Riesgos 2023, lanzado por el World Economic Forum junto a Marsh McLennan y Zurich Insurance.
La lista la encabezan el temor al fracaso de las acciones climáticas, el clima extremo y la pérdida de la biodiversidad. Más atrás, en el séptimo lugar aparece el riesgo del daño ambiental provocado por el ser humano y luego, la crisis de recursos naturales. Que la mitad de los 10 riesgos globales estén relacionados con el medioambiente nos da una señal de alerta y deberíamos alarmarnos más, cuando la proyección a dos años es igual o más preocupante: Desastres naturales y clima extremo, falta de mitigación al cambio climático, daño ambiental a gran escala, el fracaso de la adaptación al cambio climático y la crisis de recursos naturales aparecen en la lista de los peligros en el corto plazo.
Sabemos que se trata de una situación preocupante que exige nuestra atención, pero no todos parecen compartirla, especialmente a nivel individual. Hace unos días y por cuarto año consecutivo, la consultora Ipsos publicó el “Barómetro de percepción del cambio climático”, realizado en 30 países de los cinco continentes para conocer las opiniones de la población en materia medioambiental.
Según las conclusiones del estudio, el Top 3 está encabezado por la inflación y el aumento del costo de la vida (62%), con un aumento de 10 puntos respecto del año anterior. Luego siguen la pobreza y la desigualdad (46%) y el sistema de salud (42%). Recién en el cuarto lugar aparece el medio ambiente con un 40% de nivel de preocupación, un punto más bajo en comparación al periodo previo.
Es cierto que la crisis climática importa a una cantidad considerable de personas, pero en varios sentidos, algunos parecieran estar acostumbrándose a ella. No podemos olvidar que el calentamiento global es obra del ser humano y frenarlo también es responsabilidad nuestra. Para lograrlo, quienes estamos relacionados con la sostenibilidad jugamos un rol importante, porque más allá de la COP, que cada año reúne a representantes gubernamentales, privados y organizaciones civiles, debemos acordar líneas de trabajo concretas e inmediatas poniendo a las personas en el centro de las medidas resultantes.
Cada décima de grado que aumenta la temperatura global, genera un daño que aún no somos capaces de dimensionar. Si tenemos los riesgos más o menos claros y sabemos que las personas son parte importante del ecosistema al que está afectando, ¿No es hora de alinearnos todos, desde la sociedad civil, hasta las más altas autoridades de cada país, para ponerle un freno?.
Hoy estamos frente a una oportunidad única, tenemos las ganas, el conocimiento, la tecnología y, lo que es más importante, la convicción mayoritaria de que debemos actuar, pero nos falta el compromiso total e irrestricto de todos las personas y nivel macro de todos los gobiernos, especialmente de aquellos países más industrializados, para abordar el tema de manera integral y obtener resultados más efectivos.
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