[Opinión] No somos invisibles

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Por: Álex Becerra E. Subgerente General de Casinos RIVER SpA


Partamos planteando un hecho: la casualidad, el azar, no existen. Los acontecimientos son causales, aunque a veces no estemos conscientes de lo que traen de “positivo” para nuestra vida, detrás de la adversidad, se esconden grandes oportunidades.

Es así como las crisis -sean éstas económicas, materiales, políticas o sanitarias- pueden convertirse en una magnífica oportunidad de reflexión y cambio, una ocasión ideal para superar temores y decidirnos a buscar los que realmente queremos y necesitamos.

En esta crisis sanitaria que estamos viviendo hemos de identificar nuestras necesidades, examinando el dónde nos encontramos, por qué estamos donde estamos, y preguntarnos si nos vemos como queremos vernos y deseamos que nos vean. Tenemos que darle sentido a lo que está sucediendo, transformar la crisis en una oportunidad de revisar nuestros paradigmas, esos que nos limitan como región y que nos impiden dar el paso siguiente.

Hoy debemos eliminar patrones de pensamiento centralistas que nos limitan a las regiones, en especial ese Santiago es Chile que es tan cierto como dañino. Ese paradigma que por tantas décadas ha sido nuestra peor realidad.

Hoy vemos cómo la región se enferma y su gente queda cesante, cómo las empresas locales quiebran y esta crisis cada día consume a Antofagasta y su gente.

La solución que “los especialistas” es cerrar aeropuertos y caminos, detener la industria ya que no estarán ni los trabajadores ni las empresas foráneas que mueven los grandes proyectos mineros. Pero, ¿no pueden nuestras empresas y nuestros trabajadores tomar esa posta? ¿Acaso no estamos preparados?

Ése es el paradigma que debemos derribar y moveremos esa línea si nosotros nos creemos capases de hacerlo.

Las mineras deben preguntarles a las empresas locales si están preparadas para tomar el protagonismo y darles la oportunidad para demostrar que sí somos capaces, solo de este modo cambiaremos el paradigma de que las empresas locales no están preparadas.

Cuántas veces hemos escuchado en diferentes círculos ese mismo discurso, cuántas veces nos han dicho que nos apoyarán para llegar a ser proveedores de nivel mundial, pero nunca nos dan la oportunidad de demostrarlo, y todos nos cansamos de esta situación. La verdad es que para ellos nunca estaremos preparados, porque viven con el pensamiento asistencialista en donde solo somos una comunidad a la que sonríen y regalan algunos obsequios.

Pero es el instante del cambio. Llegó el momento de que las empresas mineras deben darnos la oportunidad de trabajar de forma directa con ellos, no solo recibiendo migajas de los que las demás empresas nos dejan, ahora las grandes empresas mineras deberán cambiar el paradigma y vernos por fin, dándose cuenta que podemos ser socios estratégicos confiables, ya que si no lo hacen se detendrán las operaciones.

Si somos la región más afectada por esta crisis sanitaria, estamos doblemente obligados a cambiar el rumbo, pasar a ser protagonistas de nuestro desarrollo. Si tenemos un vecino que no nos quiere ver como iguales es un vecino que no queremos en este barrio. En ese caso, preferimos que se vaya donde sí se sienta cómodo con los de su clase.

Tenemos que asumir la idea de que somos protagonistas de nuestro futuro y exigimos ese papel y si las autoridades no lo exigen es porque no están preparadas para lo que necesitamos. Es hoy o nunca, ya que las empresas no pueden operar de forma segura con personal foráneo, hoy es nuestro turno y mantendremos la continuidad operacional si nos dan la oportunidad de hacerlo.

Como región conviene enfocarnos en esa oportunidad que se esconde tras la crisis, en vez de hacerlo en las dificultades. ¡Basta de estar pegados a los televisores que solo muestran a Santiago potenciando el paradigma centralista! Es el tiempo preciso para que nos sentemos a conversar sobre este nuevo rol regionalista que una crisis tuvo que mostrarnos y empujarnos a adoptar.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.

 

 

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