Por: Marco Antonio Díaz M. Miembro HUB Región de Antofagasta
Cuando la política vive su peor momento por el descrédito frente a la ciudadanía, cuando abunda el repudio al quehacer y el actuar de los políticos y los servidores públicos, generalizaciones y descalificaciones que muchas veces hieren a aquellos que tenemos real vocación de servicio público; bien vale la pena reconocer el trabajo bien hecho.
La ciudadanía ha aplaudido y valorado, con justa razón, al personal de la salud, les reconoce al ver en ellos la más genuina expresión de valor por la vocación de servir sin límites, arriesgando su vida en pro del bienestar de otros. Cuando el valor del servicio público estaba más deslegitimado, hemos sido testigos de esta entrega, del coraje, amor al prójimo y compromiso por la salud.
Ahora bien, de la mano de alcaldes que han defendido a sus comunas, parlamentarios trabajando en unidad al solicitar cuarentenas, efectivos de orden y seguridad trabajando incansablemente y un gobierno regional desplegado en el territorio, un rol que muestra un trabajo especialmente notable, y lejos de la estridencia comunicacional, es el que viene realizando la SEREMI de Agricultura de nuestra región. A causa de los procesos de contagio, debió enfrentar el cierre de los terminales agropecuarios en Antofagasta y Calama.
En una tarea titánica garantizó abastecimiento frente al cierre temporal de la Vega Central de Antofagasta y puso en valor el trabajo que se viene realizando en Altos la Portada. El aseguramiento de la cadena de abastecimiento de productos agrícolas, particularmente verduras y frutas, ha sido clave para dar tranquilidad a nuestra gente; destacando que se trata de producción local, hecha por personas de nuestra tierra, y en condiciones de competencia y rentabilidad, que les permite movilizarlos a cada rincón de nuestra Región. En medio de la crisis, hoy brilla el concepto de agricultura de zonas áridas, abriendo la posibilidad de empleos para centenares de habitantes de nuestra región que se reconvierten.
Ante la crítica al trabajo desprolijo, o la mala conformación de equipos, es relevante reconocer el trabajo bien hecho. En el caso de la SEREMI de Agricultura, se trata de un equipo pequeño, mayoritariamente de mujeres, que con compromiso y calidad técnico-profesional, recorren incansablemente la Región, llevando soluciones y abriendo nuevos polos de desarrollo agropecuario, generando sectores agrícolas, gestionando el agua, la asistencia técnica, semillas adecuadas, sistemas de riego, generación de nutrientes y desplegando invernaderos, desafío que dirige con compromiso y vocación el Seremi, don Gerardo Castro, en quien confié esa responsabilidad en su momento.
Es inspirador ver que en la región minera por excelencia se destaca el trabajo de Agricultura, que ha logrado el milagro de hacer florecer el desierto más árido del mundo. Cuando abunda la crítica, bien vale reconocer y felicitar el trabajo bien hecho.
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