[Opinión] Teletrabajo: desafíos y beneficios

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Por: Rodrigo Acevedo. Gerente general Entersoft


Según la más reciente edición de Workmonitor, estudio de la consultora Randstad, a un  74% de los chilenos le gustaría trabajar desde su casa u otro lugar. Y es que el teletrabajo es una modalidad que permite conciliar la vida laboral y la personal, con importantes beneficios, tanto para el empleado como para el empleador.

Entre ellos, trabajar por metas y no por horarios, aumento de la productividad, ahorro en costos operativos de alrededor de un 40%, disminución de costos de locación y servicios, menos exposición  a situaciones de estrés, reducción en tiempo y gastos de transporte, por mencionar lo mejor.

Asimismo, un estudio de Gallup reveló que los teletrabajadores están mucho más comprometidos que los que acuden diariamente a la oficina: un 41% versus un 30%, respectivamente. Hace poco el Gobierno anunció una potente iniciativa para impulsar esta modalidad y con ello generar nuevos empleos y aportar a la inclusión laboral de personas con discapacidad, adultos mayores, madres al cuidado de sus hijos, personas al cuidado de algún familiar, jóvenes estudiantes y personas que viven en zonas alejadas de polos urbanos.

Lo concreto es que hoy, con la actual normativa de teletrabajo, solo 48.689 personas cumplen su jornada laboral a distancia y representan el 0,54% de la fuerza laboral actual, de acuerdo a la última Encuesta Nacional de Empleo.

No obstante, tanto la empresa privada como el Estado han incursionado en este ámbito desde hace mucho tiempo. De hecho, la primera institución pública que incorporó el teletrabajo en el país fue el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi). Tras un piloto iniciado en marzo de 2017, hoy el 35% de sus funcionarios puede trabajar a distancia uno, dos o cuatro días a la semana.

Con estos antecedentes es válido preguntarse qué falta para que el teletrabajo se potencie aún más. La tecnología en la actualidad permite trabajar desde prácticamente cualquier parte y, además, aporta las herramientas para optimizar productividad y eficiencia.

Sin embargo, aún tenemos varios pendientes, como una Internet de mejor calidad y de fácil acceso a lo largo del país. También, necesitamos normativas que cubran al empleado y al empleador, en deberes y derechos asociados al teletrabajo. Falta también una política de ciberseguridad que resguarde los datos de las personas y de las compañías. Y, por sobre todo, se requiere de un cambio cultural que privilegie la calidad sobre la cantidad con responsabilidad, organización y diligencia.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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