Por: Bernardita Espinoza V. Ingeniero Civil Industrial, Universidad de Chile. Docente Universidad de Santiago de Chile
En estos días se ha encendido el debate a causa de la demanda de Bolivia ante La Haya por una salida al mar, los cuales se han visto encendidos especialmente, a causa de los dichos emitidos por el Presidente de Bolivia Evo Morales, quien dijo “Antofagasta fue, es y será territorio boliviano”.
He visto reacciones de todos los sectores, de indignación ante estos dichos, con mucho nacionalismo, no obstante, luego de haber trabajado y vivido durante 9 años en Calama, entre los años 1998 y 2007, me pregunto lo siguiente:
- ¿Hemos tratado a la Región de Antofagasta como se merece, como parte de nuestro territorio nacional?
- ¿Le hemos otorgado recursos, infraestructura, servicios y progreso en la medida de los recursos que ha aportado por más de 100 años al país? O al menos en la medida que se le ha dado a otras regiones.
- ¿Hemos ejercido, debidamente, nuestra soberanía en tan vital territorio?
- ¿Hemos procurado a la población del territorio bienestar, accesibilidad, servicios e infraestructura a la altura del desarrollo de Chile?.
La respuesta a cada una de estas interrogantes es un rotundo NO.
No hemos desarrollado la zona, No hemos brindado bienestar a su población, No hemos invertido en infraestructura y servicios de calidad al nivel del resto del país, para que hablar de Santiago.
NO, no nos merecemos tener una Región tan rica, que tantos recursos nos ha aportado y a la vez tenerla tan abandonada.
He visto las reacciones de las Autoridades de la zona, y hacen eco de mi impresión, que no basta con debatir y alegar nuestro derecho a soberanía en la región establecido en el tratado de 1904, sino que además hay que ejercer la soberanía, y ejercer la soberanía no se basa únicamente en desplegar fuerzas militares y gubernamentales, se trata de desarrollar, fomentar y procurar que el territorio sea parte del país con equidad territorial, que sus habitantes vivan con el bienestar que les corresponde como chilenos, aun cuando dicho territorio estuviera desprovisto de recursos con qué solventar dicho desarrollo.
No obstante, el agravante en la situación de la Región de Antofagasta, hoy en litigio, es que su aporte a nuestro país, al desmesurado desarrollo e inversión en la Región Metropolitana de Santiago, ha sido infinitamente mayor, que el aporte que ha recibido de Chile, en estos más de 100 años de historia como parte de nuestro territorio. Ya lo he dicho en varias columnas y so pena de ser repetitiva, insistiré en mi punto, el abandono de las ciudades mineras de la Región de Antofagasta, como Calama, María Elena y Tocopilla, es vergonzoso, inexplicable e inaceptable.
Bien penoso sería que los jueces de la Haya vinieran a visitar nuestra Región de Antofagasta, a constatar que ha hecho Chile para ejercer su soberanía, para desarrollar y dar bienestar a la población de la Región anexada en el tratado de 1904.
Solo espero, que esta fugaz preocupación del país por la Región de Antofagasta, no sea tan fugaz y que estos dichos del Presidente Evo Morales, que tanto nos violentan no empujen, solo el Nacionalismo de discursos, casi chovinista y vacío, sino que en cambio generen una verdadera y fecunda preocupación por el desarrollo y bienestar de la Región.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.