Actividad es co-organizado por CEAZA, la Universidad Católica del Norte (UCN) y la Comisión Intergubernamental Oceanográfica (COI) de la UNESCO con la colaboración de diversas entidades científicas nacionales e internacionales
En el corazón de la investigación oceánica, la GOOD-OARS-CLAP-COPAS Summer School 2023 ha dado inicio a una semana llena de colaboración e intercambio de conocimientos entre científicos del área marina. Este evento, que convoca a investigadores y representantes de universidades e instituciones de diversos rincones del mundo, se centra en abordar los desafíos críticos relacionados con el oxígeno en los océanos.
Es co-organizado por CEAZA, la Universidad Católica del Norte (UCN) y la Comisión Intergubernamental Oceanográfica (COI) de la UNESCO con la colaboración de diversas entidades científicas nacionales e internacionales. La sede de actividades para esta ocasión es la Facultad de Ciencias del Mar del Campus Coquimbo de la Universidad Católica del Norte.
La representante de COI de la UNESCO, Kirsten Isensee, apunta que “tenemos 33 estudiantes y con los profesores, son más de veinte países, vienen de todo el mundo. Es para crear un grupo de científicos de la próxima generación y que sepan más del océano, que la gente que solo trabaja con la computadora sepa también cómo obtener una muestra, cómo medir todo y saber cómo funciona el laboratorio. Y también, la gente que trabaja con la biología o con la química, sepa qué pasa en los computadores con la programación”.
El Dr. Boris Dewitte, co-director del proyecto y oceanógrafo de CEAZA, explica que la relevancia de realizar la escuela en este territorio es debido a que “frente a la costa de Chile está la presencia de una zona mínima de oxígeno (OMZ) bajo la superficie, es agua con poco oxígeno que constituye una barrera para las especies y con el calentamiento global sabemos que el océano va a perder oxígeno. Entonces, la hipótesis actual es que esa zona se va a expandir, por lo tanto hay que evaluar bien la magnitud de ello y ver los procesos que estarían involucrados”.
De manera que la elección de las costas de Coquimbo como caso de estudio apunta hacia las características del mar en la zona. Durante esta semana intensiva, los participantes explorarán a fondo fenómenos cruciales como la desoxigenación, acidificación y la hipoxia de los océanos. Estos temas, fundamentales para comprender la salud y sostenibilidad de nuestros ecosistemas marinos, son el epicentro de debates, charlas y actividades prácticas diseñadas para fomentar la formación de científicos en tiempos donde el cambio climático cobra cada vez más importancia.
La agenda consiste en la enseñanza de modelización numérica física, biogeoquímica y acoplada, laboratorios prácticos con instrumentos oceanográficos, prácticas de comunicación para dar a conocer sus avances científicos y prácticas a bordo en barco para conocer procesos de muestreo.
“Para todos es claro que el cambio climático obedece al aumento de los niveles de CO2 en la atmósfera, que trae como consecuencia el aumento de la temperatura. El aumento del CO2 es mitigado en gran parte por el océano, es captado por este, y eso ha generado un problema con la química básicamente y ha hecho que cambie, lo que se entiende como acidificación del océano, el que tiene implicaciones en el pH y cambia el metabolismo de los organismos” indica Alexander Galán, académico de la Universidad Católica del Maule y del Centro de Estudios Avanzados del Maule, uno de los instructores parte de la iniciativa.
Interés a escala mundial
Asimismo, desde la perspectiva de investigadores de otros lugares del planeta que han llegado a la escuela de verano, este esfuerzo en conjunto a través de los países es relevante. Sean Crow, profesor de la Universidad de Columbia Británica, comenta que “a medida que los océanos se calientan, también pierden oxígeno por diferentes razones, pero carecemos de conocimientos suficientes para predecir cómo va a evolucionar la pérdida de oxígeno a medida que el clima siga calentándose y cuáles van a ser sus repercusiones en especies como los peces, por ejemplo. Se trata de un problema complejo que requiere estudios y múltiples enfoques de distintos campos, por lo que es muy importante que los jóvenes científicos emergentes adquieran esos conocimientos”.
Caroline Slomp, de la Universidad de Radboud en The Netherlands, también enfatiza el caso de las costas chilenas para hallar soluciones a la pérdida de oxígeno. “Hay una zona mínima de oxígeno en el mar a lo largo de la costa oeste, y está ahí de forma natural pero también está cambiando debido al cambio climático. Está siendo investigada por los investigadores de aquí pero también a nivel internacional y es un territorio de gran interés”
La investigadora de la Universidad Católica del Norte, Dra. Praxedes Muñoz, señala que es importante “ver cuáles son las brechas para algunos en el conocimiento de cómo funciona el oxígeno en el océano y esto porque su pérdida probablemente se va a agudizar en el tiempo. Hay grupos que trabajan con modelación, otros en terreno, otros en las técnicas de muestreo, entonces hay un montón de detalles y tips que se pueden entregar para que todos hagamos lo mismo, de tal forma que la información y la data que se pueda compartir posteriormente con todos los investigadores a nivel mundial sea de la misma calidad y podamos llegar a conclusiones similares”:
La diversidad de perspectivas y enfoques provenientes de los distintos países representados en la escuela de verano enriquecerá las discusiones y propiciará la creación de soluciones innovadoras. Esta instancia de conexión entre científicos es gracias a la participación de: programa Global Ocean Oxygen Decade (GOOD), Ocean Acidification Research for Sustainability (OARS), a COPAS-COASTAL, Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida en el Mar (SOLAS), al International Ocean Carbon Coordination Project (IOCCP), North Pacific Marine Science Organization (PICES), al Ocean Acidification International Coordination Centre (OA-ICC), a COROA, al Institut de Recherche pour le Développement de Francia, al Núcleo Milenio UPWELL, a Ocean Carbon & Biogeochemistry (OCB), Centro de Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas (ESMOI), al Scientific Committee on Oceanic Research (SCOR), a European Geosciencies Union (EGU), a FCM, al Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Católica del Maule y la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez.