Dentro del contexto del Programa Cooperación con Quitai Anko – Aquaconnect, se desarrolló en la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP), un taller de trabajo para analizar soluciones concretas que aporten con la diminución de los impactos de la sequía
La condición de escasez hídrica que vive la Región de Coquimbo no ha disminuido, y las cifras de reserva hídrica siguen siendo preocupantes. Pese a las precipitaciones de agua y nieve caídas el año 2022, los niveles de los embalses en su gran mayoría no superan el 25% de disponibilidad (20% a nivel regional), quedando aún más de la mitad de la temporada de riego por parte de los agricultores y recién iniciando la temporada de verano con la llegada de gran cantidad de turistas.
En consecuencia, es necesario extremar todas las acciones que permitan gestionar de la mejor manera la demanda de agua y, por otra parte, aumentar la disponibilidad de oferta, por medio de su diversificación.
En este sentido, dentro del contexto del Programa Cooperación con Quitai Anko – Aquaconnect, se desarrolló en la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP), un taller de trabajo para analizar soluciones concretas que aporten con la diminución de los impactos de la sequía. Se contó con la presencia de representantes del CEAZA, PROMMRA, SISS, CORFO, Seremía de Medio Ambiente, Delegación Presidencial, Aguas del Valle y del Gobierno de los Países Bajos.
Como una medida importante para aumentar la oferta y que se puede gestionar al corto o mediano plazo, se plantea la reutilización de aguas residuales tratadas, tanto urbanas como rurales.
Cristian Baquedano, ejecutivo del eje de recursos hídricos de la CRDP señaló que “es urgente aumentar el reúso de las aguas residuales tratadas en los Servicios Sanitarios Rurales, que cuentan con plantas de tratamiento en la actualidad. Se pueden sumar soluciones basadas en la naturaleza como los humedales, como etapa final del proceso de tratamiento y así lograr la calidad del agua para usarla en procesos productivos y/o recreativos que definan las comunidades afectadas”.
Durante la jornada, los representantes realizaron un recorrido por distintas plantas de Servicios Sanitarios Rurales, donde revisaron los procedimientos y tratamientos que se aplican en cada una, con el fin de trabajar en proyectos que vayan en la misma línea de buscar soluciones basadas en la naturaleza que tengan un mejoramiento medioambiental que contribuyan en la crisis hídrica de la Región de Coquimbo, Región Sustentable.
Al respecto, el Doctor en Gestión de Recursos Hídricos, Pablo Álvarez, director del Laboratorio PROMMRA de la Universidad de La Serena, indicó que “ante esta situación, debemos trabajar cuatro ejes de articulación. El primero, investigación, donde se apliquen todos los conocimientos, fundamentalmente en agua y la agricultura, dado que esta es una actividad importante y su relación con el agua es directa. Segundo, aplicar el conocimiento y la tecnología, con adaptación tecnológica a las condiciones locales para resolver los problemas del territorio regional. El tercero, tiene que ver con la formación de profesionales que se especialicen en esta área con postgrados, ya sean doctorados y postdoctorados. Y el cuarto, tiene que ver con transferencia tecnológica, y ahí es donde nos beneficia mucho el poder trabajar con Países Bajos, dada la vasta experiencia y tecnología que tienen en materia hídrica”.
La principal preocupación es que se aumenten recursos en soluciones que, sin impacto en la comunidad, logren retribuir el recurso hídrico para su reúso. Es por esto que, a través de este comité de técnicos e instituciones, se han planteado distintas propuestas, y una de las que mayor impulso se le puede dar en el corto a media plazo, es el aumentar el reúso de aguas residuales en zonas rurales que son las más afectadas por la sequía.