Los avances en la discusión por las modificaciones al Plano Regulador de la Tierra del Sol y Cobre, una ciudad consolidada en 3 mil 558 hectáreas, dentro de las cuales se busca preservar un oasis ancestral
Si de querer se trata, no son pocas las intenciones de autoridades de ayer y de hoy por alcanzar lo que muchos sueñan. Ver a un Calama bien desarrollado, con estructuras acordes y con una belleza que no deje atrás su identidad, su tan marcado colorido propio al estar inserto en el desierto más árido del mundo, y donde a su vez, desde las entrañas de la madre tierra, siga siendo una ciudad generosa por su diversidad manifestado en un Oasis milenario.
Calama, con sus lugares que verdean, es una ciudad que igual contribuye al sustento del país como centro minero y que cuenta con éstas y otras particularidades que cada quien las aprecia de distinta forma, pero siempre con amor por este terruño, que por lo mismo es que se logra arraigo y permanencia. No obstante, la pasión que haya puesto cada quien por lograr acciones concretas, y lograr que la ciudad alcance un nivel de categoría, no siempre se dan las cosas. La tarea no es fácil.
Un ejemplo de ello es el Plano Regulador de esta ciudad, que orienta, fomenta y regula el desarrollo urbanístico del territorio, en especial de sus centros poblados y sus sistemas de espacios públicos. Este plano regulador se somete a cambios y modificaciones, y está encaminado desde hace ya un tiempo y proyecta el desafío con miras a responder a requerimientos múltiples.
De manera recurrente surgen críticas respecto de qué se hace y que no en beneficio de las ciudades. Calama siempre estuvo en el ojo del huracán y no por poco se le enrostra a cada quien ese dejo de abandono. Pero más que abandono se debiera hablar de sobre explotación de la zona. Y eso no desde ahora, sino desde siempre. Es cosa de mirar su historia. Esta Calama, tierra de perdices o lugar que verdea, fue transformándose en lo que es hoy porque desde siempre fue considerada la tierra prometida, donde muchos llegaron, se sirvieron de ella y luego lamentablemente lo ocupado jamás volvió a recuperarse.
Los calameños procuran al menos que algunas áreas se conserven, como es el caso del oasis y también contribuyen a buscar su crecimiento, desarrollo y mejorar su estructura general, para volverla por qué no más bella, amable y sustentable.
Es lo que comenta, por ejemplo, el ex alcalde Esteban Velásquez, quien asegura que durante su permanencia como gobierno edilicio, “marcamos y restringimos al máximo la construcción en sectores del oasis. Ese fue nuestro espíritu y consideramos para la modificación del Plano Regulador, conseguir su mejoramiento como ciudad y la protección de las áreas verdes”.
Tal postura inclusive se conversó en un Cabildo Indígena, donde los asistentes tuvieron posibilidad de exponer sus inquietudes sobre el desarrollo comunal y coincidieron en señalar su interés por preservar el medioambiente y retomar las conversaciones con la nueva administración.
Para la consejera regional Sandra Pastenes, es fundamental y primordial que el Plan Regulador de Calama tome en cuenta la preservación del oasis y destaca que si bien la ciudad experimenta transformaciones evidentes, no debe perder su esencia, su identidad y su utilización de espacios tomando en consideración las normas, y resalta que una de ellas es el Convenio Internacional 169 donde precisamente los involucrados consideran de suma importancia el que no se altere el Oasis, de manera que el municipio cumple ese objetivo y espera se siga haciendo.
Mientras tanto, el Consejo Regional (Core) está a la espera que sea presentado el proyecto, porque de su aprobación igual depende el que los consejeros puedan direccionar recursos para las obras que se deben ejecutar en Calama.
El quehacer municipal
El municipio, previo a las modificaciones a aplicar, asignó la tarea de estudiar cada zona y establecer cuál es la realidad local frente a espacios y equipamientos. Primordialmente el objetivo de esta modificación persigue ajustar los parámetros de regulación urbanísticos generando un instrumento más adecuado para el nuevo escenario urbano de Calama.
Lo anterior implica la sobresaturación de vías urbanas y destrucción de la calidad de vida al interior de los nuevos barrios en el sector poniente de la ciudad. Además del paulatino desinterés en utilizar el espacio público como “Lugar de Todos los Ciudadanos”. Estas Modificaciones entonces, son un paso previo a una voluntad mayor que en términos prácticos es contar con un nuevo instrumento de planificación territorial.
Subsanar errores o indicaciones de difícil aplicación que en la práctica conllevan entrampamientos en iniciativas tanto públicas como privadas; elevar parámetros urbanísticos (Ocupación de Suelo, Densidad y Altura) que actualmente no se condicen con el desarrollo urbano de la ciudad; Armonizar la Zonificación con el Territorio Urbano, generando una lectura clara del Instrumento de Planificación, estableciendo límites claros y fácilmente perceptibles; disminuir superficies prediales con el fin de establecer igualdad de condiciones en el uso de los suelos urbanos; definir el Borde Norponiente de la ciudad como un Filtro Medio Ambiental y, subsanar errores en el límite urbano redefiniéndolo en el sector Nororiente, Sector Puerto Seco y redefiniéndole en el sector Sur Poniente.
Cuatro unidades topográficas
Planicie al Sur-Oriente del Loa: Corresponde al área comprendida entre la Ruta 25, de acceso a la ciudad desde Antofagasta y la Ruta 23 que conecta con San Pedro de Atacama. En ella se localiza el Aeropuerto El Loa y la vía de circunvalación en el tramo indicado. Desde este perímetro se puede apreciar con claridad el perfil urbano de la ciudad.
Cauce del Loa y planicie del Oasis: Área de Desarrollo privilegiado de vegetación e indicador de los procesos que determinan el valle. Esta zona es la componente fundamental de la inscripción de la ciudad Oasis en el paisaje del desierto.
Planicie del área urbana de Calama: Que corresponde al área en donde se asienta la ciudad, sin límite preciso.
Por último, una zona de cerros, ubicados al poniente y otros a 16 Km. al norte de la ciudad, donde se encuentra el centro productivo de Chuquicamata, que corresponde a un área visual, ambiental y funcionalmente integrada a la comuna.
De acuerdo al estudio solicitado y teniendo presente que el actual instrumento de Planificación Urbana fue aprobado y publicado en el año 2004 y que está siendo aplicado desde entonces, cabe destacar que este no ha estado sintonizado con los cambios que Calama necesita. En los últimos años ha quedado obsoleto. Y en alguna medida es culpable de varios de los males que se presentan. Como la proliferación de sitios eriazos y la alta especulación inmobiliaria. Esta falta de los principios básicos ha ocasionado los siguientes problemas:
Proliferación de sitios eriazos de dominio privado que ante la rigidez del Plan Regulador no han podido revertirse en proyectos de construcción. Lo anterior debido a condiciones urbanísticas como la densidad, el porcentaje de ocupación de suelo y porcentaje de construcciones que no se condicen con una ciudad con alta demanda de suelo urbano.
Las pocas alternativas de suelo apto para el desarrollo de proyectos inmobiliarios dedicados a la vivienda, han incrementado los valores de las viviendas y sus arriendos, lo que ha distorsionado los precios tanto de inmuebles como de terrenos.
Estancamiento de algunos sectores donde la definición del uso y tipo de suelos hacen inaplicables algunas iniciativas específicamente Sectores de Protección de Oasis que en la práctica son terrenos rurales incorporados al área urbana, quedando éstos en una indefinición en términos de usos de infraestructura y beneficios sociales.
Los nuevos emplazamientos de las poblaciones de Chuquicamata han quedado desconectadas de la trama urbana generando congestiones vehiculares importantes.
La ciudad, al ir acercándose a su límite Nor-Poniente está generando una fricción, debido a la inminencia de extracciones mineras futuras.
Lo que se proyecta
Entre otros proyectos, con el nuevo plan territorial en Calama se espera por ejemplo, un cambio sustantivo en el Casco Histórico que sea transformado en gran parte en un barrio de uso residencial y de equipamiento, con una densidad libre. Será la zona de origen urbano (ZOU).
También está el por muchos loínos anhelado, Centro Cívico (ZCC), que rescata este tipo de proyectos pero en la ex finca San Juan. Sector que será residencial y de equipamiento, como centros educativos, deportivos; con una densidad libre, altura libre y con una ocupación del 70 por ciento.
Se determinaron zonas residenciales, que serán mixtas o preferenciales. La primera estará ubicada en el sector poniente, destinada para viviendas y equipamientos con 600 habitantes por hectárea. En tanto, las preferentes mantendrán las actuales condiciones de los sectores como la villa Kamac Mayú y Los Salares.
A su vez, la modificación, expresa una zona donde se le da cabida exclusiva a centros de salud, esparcimiento, cultura e infraestructura sanitaria, la cual está emplazada en el nororiente del seccional Topater. De igual forma en ese sector se ha identificado un área normada con 516 hectáreas donde se podrán albergar a más de 50 mil habitantes.
Atribuciones e injerencias
Los organismos que tuvieron alguna injerencia expusieron sus puntos de vista sobre este instrumento que fue presentado para su respectiva evaluación. En abril de este año fue solicitada a la nueva administración este informe para saber el estado de avance del instrumento territorial. La respuesta fue enviada a esas entidades entre ellos (Ministerios de Vivienda y Urbanismo, Agricultura, Medioambiente, entre otros). Pero a su vez, y de acuerdo a cada atribución, los estamentos públicos hicieron saber sus observaciones al proyecto.
El Suelo Rural
Sobre esta carta de navegación tiene alguna injerencia por ejemplo la Secretaría Ministerial de Agricultura, quien vela porque las hectáreas agrícolas no se pierdan. Este organismo posee competencias y atribuciones sobre el suelo rural, en virtud de los cuerpos legales, como la Ley N°458 del Minvu (L.G.U.C) y su Ordenanza (D.S N°47), de medio ambiente (Ley N°19.300), turística (Ley N°20.243), para resolver sobre los Informes Favorables para la Construcción (IFC), antiguamente denominado; Cambio de Uso de Suelo, a través del SAG.
El Seremi de agricultura, Jaime Pinto explica que las competencias en el ámbito urbano, están alojadas en la Dirección de Obras Municipales. También es importante señalar que los ciudadanos no se deben confundir con el instrumento de ordenamiento territorial local, “Planos Reguladores Comunales”, que ordenan el uso del suelo del territorio y que son elaborados por las Direcciones de Obras de los Municipios correspondientes de cada comuna de la región.
En lo particular del Oasis de Calama, se debe reconocer que existe una situación extraordinaria en la comuna, ya que en el sector definido legalmente como “urbano”, conforme a su plano regulador actual y vigente, se describe dos zonas urbanas de “usos” mixtos, para realizar la actividad agrícola, quedando al arbitrio y competencia de la DOM. Esta condición es única a nivel país.
“En relación a inquietudes provenientes de algunos parlamentarios de la región, quienes han requerido informar sobre las Resoluciones de la Seremi de Agricultura, sobre permisos de uso de suelo para otros fines o actividades ajenas al agro podemos señalar que durante el Gobierno actual de la Presidenta Michelle Bachelet, la Secretaría Regional Ministerial de Agricultura de Antofagasta no ha otorgado ningún tipo de autorización para otros fines que no sea la agricultura. Sin embargo, no se puede decir lo mismo del sector urbano con uso agrícola, donde hay registros de que la Dirección de Obras Municipales, si ha estado otorgando permisos para otras actividades y construcción de edificios”, destaca el seremi del agro.
En esta materia, la opinión de los agricultores es de insistir con desarrollar su actividad tradicional obviamente en el sector rural, pero también en las zonas Oasis Urbano, para lo cual desde el Ministerio y el Gobierno Regional “apoyamos con instrumentos, recursos, programas de fomento, para que se incentive, mantenga y sostenga la agricultura familiar campesina, contribuyendo con ello a nuestro Oasis de Calama”.
Viviendas y equipamiento
Por su parte, el Seremi de Vivienda y Urbanismo, Mauricio Zamorano, comenta de sus facultades y establece que ellos como organismo son una entidad técnica que apoya a la Municipalidad de Calama. Sin embargo, es la entidad edilicia la encargada de actualizar el Plan Regulador. “Esas son facultades privativas del Municipio. Ellos deben hacer las modificaciones que requiera ese instrumento en forma periódica”.
Pero indistintamente de ello, igual opinan porque son quienes tienen que ver y velar por el desarrollo armónico de las comunas. De hecho, hubo un intento por elaborar un Plan Regulador Intercomunal, que no prosperó.
En cuanto al PRC, tiene sus propias aprensiones, aunque no desconoce están llanos a apoyar a que esta modificación general se concluya.
Cuestiona también el Seremi de Vivienda el hecho que pese a todos los avances que se persiguen, no se moverá el paso de trenes por la ciudad, lo que reviste un latente peligro y a su vez, una evidente división de la ciudad en su extensión plena.
Es claro también el seremi al decir que están carentes de condiciones para el crecimiento de densificaciones. “Para ello falta renovación urbana en el casco histórico. En Calama existen muchas zonas con distintas densidades que mayoritariamente no superan los 250 hab/hectárea. Entonces el crecimiento se efectúa hacia los extremos alejando a las personas de bienes y servicios públicos y privados, lo que sería positivo si ello posibilitara la generación de subcentros. Pero por la población de Calama, ello no ocurre (no es atractivo para el inversionista) de hecho aquello está recién ocurriendo en Antofagasta. Lo que sería importante plantearse es la posibilidad de llegar a una densidad del orden de 400 a 500 hab/hectárea que haga atractivo el desarrollo de proyectos de densidad media (4 a 5 pisos) en la trama urbana ya consolidada”.
Protagonistas principales
Y si hay alguien que sí tiene mucho que decir frente al tema es la Cámara Chilena de la Construcción Filial El Loa. El Presidente de la sede Calama, Carlos Ramírez y el presidente del Comité Inmobiliario, Jaime Toloza, hablan de la visión que advierte la Cámara de la Construcción para el futuro cercano, una vez que sea puesto en marcha el Plan Regulador hoy en proceso de modificación.
“Creemos que su modificación aportará al ordenamiento urbano de la ciudad, impulsará el desarrollo inmobiliario, turístico y comercial, a través de corredores urbanos en las principales avenidas, y fomentará el crecimiento regulado en altura como también el fortalecimiento de las áreas de esparcimiento y recreación, considerando el déficit de terrenos existentes en el territorio”.
Pero a su vez, estiman propicio los dirigentes que haya participación. Dicen les parece importante “todos los actores relevantes de la ciudad, autoridades, organismos públicos y privados que aportan al desarrollo de Calama, se comprometan e involucren en esta actualización que lidera el Municipio, generando un instrumento más adecuado para el nuevo escenario urbano de la ciudad”.
Añaden que “el actual Plan regulador está vigente desde el año 2004 y su proceso de modificación se inició en abril del 2013, con la recopilación de antecedentes. Tras ello, Calama se permitirá crecer, ordenando el avance habitacional e industrial en forma armónica. Con este paso podremos proyectar la ciudad de acuerdo a las necesidades que presenta, prevaleciendo el cuidado del Oasis. De acuerdo al estudio generado por la CChC los planos reguladores en Chile con la normativa vigente, tienen una tasa promedio de aprobación de 7 años, los cuales pueden optimizarse si los actores involucrados participan y se comprometen en su proceso. Por lo tanto, si Calama tiene plano regulador desde el 2004, es decir hace 13 años, no podemos esperar más años para una nueva regulación del territorio”.
La modificación se debe estructurar sobre la base de un conjunto de normas urbanísticas tendientes a fijar la relación entre zonas habitacionales, de trabajo, equipamiento y esparcimiento, así como a establecer las condiciones y características de las construcciones y como gremio quieren estar y aportar a ese desafío.
Son enfáticos en señalar los dirigentes que “esta es una oportunidad para avanzar hacia una nueva convivencia urbana, que conlleva a una planificación que esperamos proponga una visión a largo plazo; una planificación participativa, accesible y comprensible; y gobernanza, que cimiente una oportunidad real para una alianza público-privado. A través de la aprobación de la actual modificación se permitirá el desarrollo de Calama, además de ser una ciudad más moderna y sustentable, a partir de la integración y del ordenamiento territorial”.
La entidad de la construcción aprueba que el estudio considere la protección del Oasis. “Punto importante, porque establecerá las reglas y límites de no intervenir una zona delicada y darle la protección que la ciudadanía desea”.
Sin duda hay pasos dados y los estudios técnicos dan a entender que sí puede haber a lo mejor más pronto que tarde un nuevo camino para el desarrollo territorial de Calama. Esta franja que luce todavía algún encanto que retiene a más de doscientos mil habitantes, entre residentes y gente que pasa sus días de trabajo aquí. Además de los casi cinco mil extranjeros que llegan cada año a la comuna. Todos están en la búsqueda de un mejor vivir, y aumentan y engrosan la densidad poblacional, de manera que si o si esta ciudad debe volverse además de un centro cosmopolita, como ya es conocido, en un polo de desarrollo que forma parte importante del país.
1 comentario
Considero que se esta encaminando bien con el Plano Regulador, pero considero que algunos entes por el bien de Calama han aportado muy poco para que se avance mas rápido por el desarrollo y la plus valía de Calama, hay buenos proyectos pero existe mucha burocracia en el sistema si no es político, es la municipalidad o los privados , también están las personas que son dueñas de los terrenos por años, pero que no aportan en nada al desarrollo de Calama y es lamentable. No vende los terrenos y si los vende son demasiado caro.