La iniciativa, liderada por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), ha permitido abastecer a más de 360 pequeños y medianos productores por año, contribuyendo así a la seguridad alimentaria de la región
En los últimos años la región de Magallanes ha experimentado un verdadero renacimiento en la producción de papas, convirtiéndose en un epicentro de innovación y soberanía alimentaria. Esto, gracias a dos programas del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), del Ministerio de Agricultura, que ha permitido consolidar el semillero de papa certificada más austral del país.
Este tubérculo es uno de los más consumidos en Chile y desempeña un papel fundamental en la dieta de la población nacional. En Magallanes, el consumo de papa por habitante es de aproximadamente 50 kilos por año y ocupa el primer lugar de superficie de cultivo en la región: 56 hectáreas según el último reporte de INIA en 2022. Sin embargo, estas cifras se vieron amenazadas en 2020 con la pandemia y, en 2021, con el bloqueo de rutas internacionales, situación que dejó a Magallanes con serio riesgo de desabastecimiento de alimentos.
En este contexto, cobraron relevancia los proyectos “Recuperación de la producción y sanidad de la papa en Magallanes” y “Transferencia y aplicación de tecnologías para potenciar la producción de papas en la agricultura de Magallanes”, liderados por la investigadora de INIA Kampenaike, Carolla Martínez y desarrollados con apoyo financiero del Gobierno Regional.
Las iniciativas–que entre ambas suman ocho años de ejecución– han contribuido a la producción de material genético certificado, aumentando el abastecimiento de semillas de papas para pequeños y medianos agricultores y agricultoras de esta región.
Para relevar estos proyectos y dar a conocer los resultados obtenidos durante las últimas tres temporadas, se realizó en la comuna de Laguna Blanca– a 60 km. al noroeste de Punta Arenas– un hito que estuvo encabezado por la subsecretaria de Agricultura, Ignacia Fernández y la directora nacional de INIA, Iris Lobos, junto a la seremi de Agricultura, Irene Ramírez; el director regional de INIA Kampenaike, Erwin Domínguez, representantes de los servicios del agro, profesionales, dirigentes y colaboradores de INIA. La instancia, además, se enmarcó en la celebración del aniversario número 60 de este instituto de investigación.
“Este es un proyecto de producción de papas fundamental para la agricultura y la seguridad alimentaria de Punta Arenas y de otras comunas de la región. Estamos fortaleciendo aquí la producción de semillas certificadas que se entregan a los agricultores y que pueden apoyar a la seguridad alimentaria de los hogares más vulnerables con productos frescos y de la mejor calidad”, enfatizó la subsecretaria de Agricultura, Ignacia Fernández.
La directora nacional de INIA, Iris Lobos, en tanto, se refirió al arduo trabajo de investigación involucrado por el instituto que lidera. “El hito del semillero de papas más austral de Chile nos deja en manifiesto que cuando la tecnología se utiliza en pos del desarrollo productivo, podemos hacer grandes cosas en beneficio de la seguridad y soberanía alimentaria”, enfatizó. “Además, nos permite saber de qué forma iremos abasteciendo a Magallanes de manera más autónoma y así dejar de depender tanto de la exportación”, agregó.
En el lugar donde se realizó la cosecha, el presidente de la Asociación Gremial de Agricultores y Afines de Magallanes, Francisco Patiño, reconoció que “ha sido un gran beneficio para los productores poder sembrar de forma particular en nuestras parcelas como también con otras asociaciones. El INIA ha desarrollado una gran labor en estos 60 años y va a seguir siendo así de aquí en adelante”.
Durante las últimas tres temporadas este semillero ha producido un total de 130 toneladas de papa semilla, con lo que se ha podido abastecer, de manera gratuita, a más de 360 pequeños y medios productores por año, con las variedades más apetecidas por ellos y por los consumidores: la papa Patagonia INIA, Puyehue INIA y Yagana INIA.
Sumado a esto, a partir del 2020, el programa se hizo parte de la alimentación de las familias más vulnerables de la región, entregando más de 15 mil kilos de papa al año para consumo, contribuyendo de esta forma a la seguridad alimentaria de la región.