La Sala respaldó un proyecto de acuerdo transversal que busca implantar una política estatal de vigilancia y control del virus, producto de los casos que dan cuenta de una mutación del germen que podría provocar el contagio entre humanos
“A partir del episodio de Epuyén, el virus puede trasmitirse con facilidad de persona a persona y sus brotes pueden desarrollar epidemias. El período de manifestación del contagio puede durar hasta 45 días y para saber si el brote efectivamente terminó deben pasar por lo menos dos períodos de incubación de la enfermedad libre de brotes, es decir, entre 40 y 50 días desde que se presentó el último caso confirmado”, señala el texto del proyecto de acuerdo logrado de forma transversal en el Senado.
La iniciativa, impulsado por el senador y vicepresidente de la Corporación, Alfonso de Urresti, busca solicitar al presidente de la República instruir a los ministros de Agricultura y del Medio Ambiente de un Plan Nacional de vigilancia y control de mutación del virus Hanta, que considere los efectos del cambio climático, ante el caso de la profesional del hospital de Palena, Patricia Henríquez, quien contrajo el virus Hanta, tras haber atendido a una amiga que tenía la enfermedad sin saberlo y que falleció en diciembre pasado.
La amiga era oriunda de la localidad de Epuyén, Argentina, donde se produjo un contagio que terminó con 11 fallecidos, 28 personas contagiadas y que tuvo en cuarentena a toda la localidad, o que llamo la atención de los expertos, entre ellos el sociólogo y ambientalista Manuel Baquedano, quien se refirió al tema como “una mutación de una de las cepas del virus Hanta en Los Andes del sur” (Ver columna escrita para Poder y Liderazgo).
Los senadores piden en el texto que “se incluya el fortalecimiento del centro de referencia de Valdivia, especialmente incrementando los recursos disponibles en el marco del convenio suscrito entre la Universidad Austral de Chile y el Ministerio de Salud, a fin de permitir la descentralización del dictamen confirmatorio y un mayor desarrollo de reactivos para el diagnóstico, que antes se importaban, pero que desde el año 2018 son producidos en la Región de Los Ríos, desde donde se abastece al Instituto de Salud Pública”.
La iniciativa fue respaldada por los senadores Isabel Allende, Carmen Gloria Aravena, Luz Ebensperger, Carolina Goic, Adriana Muñoz, Ximena Órdenes, Yasna Provoste, Carlos Bianchi, Francisco Chahuán, Álvaro Elizalde, Rodrigo Galilea, José García Ruminot, Guido Girardi, Felipe Harboe, José Miguel Insulza, Juan Ignacio Latorre, Carlos Montes, Iván Moreira, Alejandro Navarro, Rafael Prohens, Kenneth Pugh y Rabindranath Quinteros.
Los legisladores indicaron que “como esta enfermedad aún no tiene remedio ni vacuna, frente a un brote lo único que se puede hacer es lo que hicieron las autoridades argentinas en Epuyén: confinar y aislar a todos las personas que estuvieron en contacto con los participantes de la fiesta”.
Añadieron que antecedentes del contagio entre humanos del Hanta virus existieron siempre: desde el brote en Coyhaique en 1997 se conocieron otros tres casos donde esto se podría haber producido. También en El Bolsón, en Argentina, en 1996, donde tuvo lugar un brote similar. Lo que no existía en ese entonces era un método para contenerlo y se optó por negar sistemáticamente la posibilidad de que una enfermedad endémica pudiera transformarse en epidemia por contagio de un individuo a otro.
🛑 VIDEO / Se aprobó en el @Senado_Chile Proyecto de Acuerdo solicitando al ministro de Salud y a otras reparticiones gubernamentales una POLÍTICA NACIONAL DEL #HANTA. No es posible que cada semana tengamos nuevos contagiados y esta situación no tenga la atención que se requiere pic.twitter.com/ZMgChVmq4t
— Alfonso De Urresti (@adeurresti) April 24, 2019