Por: Hernán Leal B. Director de empresas, empresario y speaker
Cuando niños tenemos una imaginación casi infinita que nos lleva a vivir en un mundo por poco imaginario, lleno de juegos y colores, en el que muchos niños y niñas se imaginan siendo cuando grandes los profesionales más diversos, se piensan ejerciendo las profesiones más entretenidas e incluso inventadas.
Esas visualizaciones, esos sueños de cuando niño de ser astronauta, bailarina de ballet, modelo, piloto de Fórmula 1, futbolista e incluso niñera de tiernos pandas o koalas, lamentablemente con el pasar de los años se pierden en el silencio. Puesto que, al crecer nos sucede que la realidad cambia, nos damos cuenta que la vida ciertamente es complicada y que nada es tan fácil, ni se hace realidad con tal solo imaginarlo.
Sin embargo, el soñar debería ser una habilidad blanda altamente demandada, pues si no existieran grandes soñadores la realidad actual sería muy distinta. Seguramente el hombre no habría pisado la luna ni conseguido volar (en aviones claro está).
Soñar en GRANDE debe ser un valor que se preserve y potencie desde niños, porque sí la vida es dura, para algunos más que para otros, pero también es cierto que no hay nada que se pueda lograr si no se hace algo para conseguirlo.
En ese sentido, soñar en grande no necesariamente implica soñar con ser el primer hombre en pisar un planeta de otra galaxia. Dependiendo de cada soñador, podría ser convertirse en el primer médico de su pueblo o emprendedor de un hostal boutique en una localidad rural.
Eso lo determina cada persona, lo importante es que sea el sueño correcto, es decir, no se puede soñar con hablar inglés sin internalizar lo que implica el lograr dominar este idioma, las horas de estudio que se deben dedicar a aprender, la inversión financiera que quizás se deba hacer, entre otras cosas.
Soñar, como la vida, no es fácil, la gente suele temer a soñar porque es más sencillo pensar que no podrán conquistar sus sueños. Sé ambicioso, SUEÑA EN GRANDE, Chile necesita que como sociedad cambiemos de mentalidad y potenciemos el soñar desde nuestras semillas, para así seguir desarrollando el país.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.