Por: Antonio Santana Ramírez. Periodista. Diplomado en Gobierno y Gestión Pública.Diplomado en Comunicación Estratégica
Revuelo en las redes sociales y opiniones divergentes en la opinión pública ha generado esta extraña – a mi juicio – iniciativa que impulsa la famosa cafetería multinacional.
Pero pongámonos serios, las cifras no mienten y de acuerdo al estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), son 236.316 hogares los que se suman a ser víctimas de la delincuencia en comparación con 2013, vale decir, que el índice de victimización llega al 28% en el 2018, semanas antes de la primera cuenta pública del 2do mandato de Sebastián Piñera en la Moneda.
¿Qué pasó con el slogan de que a los delincuentes “se les acabó la fiesta”? ¿Es esta una especie de limpieza de imagen de Carabineros luego de conocer decenas de casos de corrupción y desvío de fondos dentro de la institución?
Y bien, este problema de descontrol y mal manejo de la seguridad pública se viene arrastrando de años, ningún gobierno sinceramente ha logrado tomar “el toro por las astas” y bajar las cifras de delitos ni mucho menos de victimización en la ciudadanía.
Ahora bien, analizando la estrategia comunicacional de Carabineros, llama mucho la atención en términos monetarios y de despliegue, dado que hay que considerar lo siguiente:
Considerando que hay cerca de 120 sucursales de Starbucks en el país, ya es una locura pensar que territorialmente la vigilancia policial está reforzada, porque no hay presencia en todas las regiones, acá en Los Ríos al menos no hay.
Por otro lado, si sólo nos abocamos a la región Metropolitana, los Starbucks están localizados en el sector oriente de la capital, osea en el barrio alto.
Finalmente, me llama poderosamente la atención de cuánto dinero eso significa, osea si son 120 sucursales, con 3 carabineros por local, lo cual daría como resultado 360 cafés que cuestan $3.000 cada uno considerando 3 rondas al día; en conclusión, estamos hablando de una ganancia de $3.240.000 pesos, sospechosa la cosa.
Ahora, si ya está definido el plan, que tiene todos estos flancos abiertos, sería bueno instalar estos cafés en la periferia, en todas las regiones y si instalan en Valdivia sea en poblaciones tan requeridas de vigilancia policial como Las Ánimas, Norte Grande, Pablo Neruda, Yañez Zabala, etc.
Con todo el cuestionamiento que ha recibido la institución desde sus más altos mandos hasta los más bajos rangos, no es la mejor de las ideas simular una realidad en materia de seguridad pública como la tienen algunos estados de Norteamérica ni mucho menos Canadá, países mucho mas desarrollados que Chile.
Me quedo con las palabras del presidente del sindicato de Starbucks: “Si Carabineros quiere hacer un lavado de imagen le va a costar más que tomándose un café”.
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